El líder cubano, Fidel Castro, calificó de "Waterloo ideológico" el encontronazo entre el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y el rey de España en la Cumbre Iberoamericana de Santiago de Chile.

"El sábado 10 de noviembre de 2007 pasará a la historia de nuestra América como el día de la verdad. El Waterloo ideológico ocurrió cuando el Rey de España le preguntó a Chávez de forma abrupta: '¿Por qué no te callas?'", afirma Castro en un nuevo artículo de reflexiones publicado hoy en la prensa local. "En ese instante todos los corazones de América Latina vibraron", agrega Castro, convaleciente de una grave enfermedad que le obligó a delegar sus cargos en su hermano Raúl en julio del año pasado.

El encontronazo del rey Juan Carlos y el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, con Chávez se produjo en la sesión final de la Cumbre Iberoamericana después de que el gobernante sudamericano reiterara sus acusaciones al ex jefe del Gobierno español José María Aznar y le calificara de "fascista".

En su reflexión, el jefe de la revolución considera que el incidente "parecía irreal" y afirma que "nunca había tenido lugar un diálogo parecido entre Jefes de Estado y de Gobierno, que en casi su totalidad representaban países saqueados durante siglos por el coloniaje y el imperialismo". Dice que "el pueblo venezolano, que debe responder sí o no el próximo 2 de diciembre, se estremeció al vivir de nuevo los días gloriosos de Bolívar" y que "las traiciones y los golpes bajos que recibe diariamente nuestro entrañable hermano, no harán cambiar ese sentimiento de su pueblo bolivariano".

Castro advierte de que al escuchar los planes de Chávez a su regreso a Caracas de "mezclarse con las multitudes, como lo ha hecho tantas veces" comprendió con "con absoluta claridad" que puede ser asesinado. "Dadas las circunstancias actuales y la victoria ideológica de gran trascendencia obtenida por él, un asesino a sueldo del imperio, un oligarca envilecido por los reflejos que sembró la maquinaria de publicidad imperial, o un perturbado mental, podrían poner fin a su vida", señala.

Castro considera que en "el caso de Venezuela, la victoria no se debe convertir en terrible revés sino en victoria mucho mayor, para evitar que el imperialismo conduzca al suicidio a nuestra especie". "Hay que seguir luchando y corriendo riesgos, pero no jugar todos los días a la ruleta rusa o al cara o cruz de una moneda. Nadie escapa de los cálculos matemáticos", afirma, al recomendar a Chávez que "en tales circunstancias" use preferiblemente los medios de comunicación. "Es imposible apartarse de la impresión de que el imperio y la oligarquía se esmeran por conducir a Chávez a un callejón sin salida poniéndolo fácilmente al alcance de un disparo", agrega.

Castro ya había comentado el incidente de la Cumbre en otro artículo de "reflexiones" publicado el domingo en el que consideró que "la crítica de Chávez a Europa fue demoledora. La Europa que precisamente pretendió dar lecciones de rectoría".