Desaparecido bajo la sombra de Nicolas Sarkozy, el primer ministro francés, François Fillon, reapareció ayer ante la prensa cultivando el sentido del humor. Convirtió su discurso ante los periodistas para desearles feliz año nuevo en una autoconferencia de prensa en la que él mismo se hizo las preguntas. Abogó por un mayor equilibrio del poder en Francia, deseo que podría interpretarse también como un rasgo humorístico, dada la cada vez mayor omnipresencia del presidente.

Ante decenas de periodistas reunidos en el Museo de la Arquitectura, Fillon inició sus palabras con una autocrítica sobre la "ausencia de debate y de transparencia" de la República y reclamó un mayor equilibrio del poder, en el que inscribió el reforzamiento del diálogo social; la concesión de más funciones al Parlamento; la "liberación del servicio público audiovisual de la carrera por la audiencia", mediante la supresión de la publicidad, y la reforma de las instituciones.

Pero, cuando pasó a las cuestiones más prosaicas, dio un giro a su discurso. Reivindicó su trabajo metódico, hizo referencia a las lamentaciones de algunos sobre su discreción y anunció que convertía su discurso en una conferencia de prensa en la que, como los periodistas no habían sido advertidos, él mismo haría las preguntas y las respuestas. Y así lo hizo. "¿Señor primer ministro, cómo ven los franceses el clima político?", se preguntó. "¿Señor primer ministro, qué es una política de civilización?", se interrogó después para dar su opinión sobre el nuevo eslogan de Sarkozy.

AUTOANALISIS A continuación, se preguntó a sí mismo sobre los resultados de ocho meses de Gobierno. Habló de alcanzar un crecimiento económico de entre el 2% y el 2,25% en el 2008, de llegar al 5% de paro, de disminuir la pobreza, de lograr el equilibrio de las cuentas públicas en el año 2012 y de proteger el medio ambiente.