Las presidenciales portuguesas de este domingo supondrán el fin de una era en la política del país debido a la 'jubilación' de Aníbal Cavaco Silva, quien no puede presentarse a la reelección tras agotar los dos mandatos en el cargo que permite la legislación.

A sus 76 años, Cavaco Silva es una de las figuras clave desde la llegada de la democracia a Portugal, ya que fue primer ministro durante una década (1985-1995) y ha sido jefe del Estado durante otros diez años (2006-2016).

Liberal en lo económico, fervoroso católico en lo moral, como jefe del Estado mantuvo enconados desencuentros con el exprimer ministro socialista José Sócrates, además de haberse opuesto a medidas como la despenalización del aborto y el matrimonio homosexual. A partir de 2011 lidió con otro jefe de Gobierno, Pedro Passos Coelho, líder del que fuera su partido, el Social Demócrata (PSD, de centro derecha). Pese a no tener demasiada sintonía personal, respaldó su estrategia de aplicar severas medidas de austeridad.

Durante los últimos meses Cavaco Silva estuvo en el centro de todas las miradas debido a que entre sus funciones está la de decidir a quién encarga formar Gobierno. La victoria conservadora en las urnas, aunque sin mayoría absoluta, le llevó a permitir la investidura de Passos Coelho como primer ministro. Sin embargo, el acuerdo entre todas las fuerzas de izquierda permitió hacer caer el Ejecutivo en el Parlamento y "forzó" al presidente a aceptar al socialista António Costa primer ministro .

En el momento de su despedida, Cavaco Silva dice adiós en su peor momento, con su popularidad por los suelos. El último sondeo, publicado a principios de enero, lo colocaba por detrás de todos los líderes partidarios y en negativo.