A nadie se le escapa la excepcionalidad de un juicio sin acusado y sin abogado defensor pero, aún así, la fiscalía del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia arrancó ayer la vista oral contra el ausente líder serbobosnio Radovan Karadzic acusándole de ser el cerebro de la "limpieza étnica" de los bosnios de Serbia entre 1992 y 1995.

El fiscal Alan Tieger, que acusa al expresidente de crímenes de guerra, lesa humanidad y genocidio, detalló en su relato de acusación las presuntas responsabilidades del acusado en la masacre de Srebrenica, donde fueron asesinados 8.000 varones bosnios musulmanes, y en el asedio de Sarajevo, donde los muertos civiles fueron 12.000.

Tras la suspensión de la vista el lunes, día en que el tribunal brindó la oportunidad al acusado para reconsiderar su actitud y presentarse, ayer, Karadzic, de 64 años, que argumenta no haber tenido tiempo de preparar su defensa, insistió en su estrategia y brilló por su ausencia. La cuestión no es menor dado que el derecho a la defensa es una de las principales garantías procesales. Por eso, el presidente del tribunal, O-Gon known, ordenó ayer remitir al acusado una transcripción de la vista para que se diera por informado del contenido, que se centró en la lectura del escrito de acusación.

DECISION POSPUESTA Además, el magistrado recordó que el derecho de defenderse a sí mismo "no es absoluto", por lo que podría asignarse a Karadzic un abogado de oficio para garantizar su derecho a ser defendido. El juez pospuso la decisión al momento en que la fiscalía termine de leer su escrito de acusación.

El fiscal, que no escatimó crudeza en su exposición, aseguró que el líder serbobosnio lideró una campaña para "hacer desaparecer de la faz de la Tierra" a los musulmanes bosnios. El acusador público también recordó las palabras de Karadzic en 1991 al anunciar lo que iba a ocurrir en Sarajevo: "Sarajevo será una caldera negra donde morirán los musulmanes. Desaparecerán, esta gente desaparecerá", dijo.

El fiscal expuso cómo todas las atrocidades que le atribuye a Karadzic respondían a la voluntad de dar forma a un Estado monoétnico dentro de un país caracterizado por sus múltiples etnias. Para ello, utilizó "el odio y el miedo", concluyó el fiscal.

Mientras, la antigua líder serbobosnia Biljana Plavsic, de 79 años, sucesora de Karadzic, llegó ayer a Belgrado tras conseguir la libertad después de haber cumplido dos tercios de su condena de 11 años de prisión por crímenes contra la humanidad en la guerra de Bosnia.