El caso de Dominique Strauss-Kahn da un giro inesperado y radical y el político y economista francés, arrestado el 14 de mayo después de ser acusado de una agresión sexual por una empleada de un hotel de Nueva York, podría ver este viernes mismo rebajados los cargos más graves y las condiciones en que espera el juicio. Según publicó el jueves por la noche The New York Times, la propia fiscalía ha encontrado problemas en la credibilidad de la supuesta víctima y aunque no hay duda de que se produjo un encuentro sexual, los agentes de la ley creen que la mujer "ha mentido consistentemente", dudan de que les haya dicho la verdad ni sobre ella ni sobre las circunstancias del presunto ataque y reconocen que tienen "problemas" con un caso que ahora parece al borde del colapso. Miembros de la fiscalía se reunieron este jueves por la noche con los abogados de Strauss-Kahn para informarles de sus descubrimientos y negociar la posible retirada de los cargos criminales más graves (aunque la defensa se opondrá incluso a que se mantengan acusaciones menores). Esta mañana, en el Tribunal Supremo Estatal en Manhattan, el juez Michael Obus estudiará si relajar las condiciones de arresto domiciliario y, aunque Strauss-Kahn no recuperará su pasaporte, podría empezar a moverse libremente en Estados Unidos. La mujer, según ha concluido la fiscalía, mintió, por ejemplo, respecto a su aplicación de asilo (que le fue concedido tras llegar a EEUU desde Guinea), y les habló de una anterior violación y de mutilación genital cuando ninguna de las dos cosas aparecen en la documentación que facilitó a inmigración. Pero quizá más demoledor para su credibilidad son algunas relaciones cuestionables que se han descubierto. En las 24 horas siguientes al supuesto incidente la mujer mantuvo una conversación telefónica con un hombre que se encuentra encarcelado por posesión de más de 180 kilos de marihuana (conversación que está grabada y en la que discutió los posibles beneficios de presentar cargos contra Strauss-Kahn). El hombre de la cárcel era una de las varias personas que desde varios estados de EEUU han hecho en los últimos dos años ingresos en la cuenta de la mujer de cerca de 100.000 dólares (unos 69.000 euros). Y aunque dijo a las autoridades que solo tenía un teléfono, se ha comprobado que paga mensualmente a distintas compañías telefónicas cientos de dólares. Cuando la defensa de Strauss-Kahn avanzó públicamente que cuestionaba la credibilidad de la mujer, muchos lo interpretaron como una estrategia desesperada. Ahora son reivindicados los abogados del exdirector gerente del Fondo Monetario Internacional, que se vio forzado a dejar el cargo por el escándalo y pareció haber perdido todas sus opciones de ser el candidato socialista a la presidencia de Francia. También, quienes acusaron al sistema judicial y mediático estadounidense de haber sido extremadamente duro, injusto y precipitado con Strauss-Kahn.