La fiscalía francesa ha anunciado el archivo de la denuncia por intento de violación contra el exdirector gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) Dominique Strauss-Kahn, denunciado por la periodista y escritora Tristane Banon. El Ministerio Público ha indicado que, "a falta de elementos de prueba suficientes", no se pueden admitir los cargos de intento de violación.

La periodista Tristane Banon, que publica un libro en el que narra los motivos que la llevaron a denunciar al exdirector del Fondo Monetario Internacional, no le cita en ningún momento por su nombre, sino por alusiones que hablan del "cerdo" o "babuino" que le "robó" la vida. Le Bal des hypocrites se lanza no como un arreglo de cuentas, según la editorial Au Diable Vauvert, sino como una revelación dirigida a explicar el porqué se atrevió a llevar ante la Justicia a Strauss-Kahn con acusaciones de agresión sexual.

En esas 128 páginas, Banon evita hablar del político y economista francés de manera directa, para hacerlo mediante expresiones como cochon (cerdo/guarro) o l'homme babouin, comparándolo con ese tipo de primates corpulentos y de potente mandíbula. En ese relato no cita tampoco por su nombre a todos aquellos que considera que la han traicionado, como el socialista François Hollande, que según la joven estuvo al corriente de la presunta agresión y le recomendó que la denunciara, pero que desde que se desató el escándalo ha negado haber intervenido en el mismo.

Ocho años después de ese supuesto incidente, Banon, al parecer, sigue teniendo problemas para pronunciar el nombre de Strauss-Kahn, y según Marion Mazauric, fundadora de la editorial que le publica, prefiere recurrir a adjetivos como "malo" o "villano". Su libro, "breve pero potente", y escrito como una suerte "de diario retroactivo", comienza en mayo, cuando el exdirigente fue denunciado en Nueva York por una empleada de un hotel, y finaliza en julio, mes en que Banon le acusó a su vez en los tribunales franceses.

Mazauric explica que para la escritora desahogarse por escrito fue una manera de "resistir a la presión", y se congratula de que frente a ofertas más atractivas de otras editoriales, optara por la suya por sus "compromisos feministas". "No está animada por el mercantilismo", precisa la editora al periódico L'Express, donde asegura que Banon tiene la intención de entregar a asociaciones feministas las ganancias que se generen con esta obra, de la que se ha impreso una primera tirada de 40.000 ejemplares.