La fiscalía británica anunció hoy que no presentará cargos contra soldados estadounidenses por la muerte en el 2003 del periodista británico Terry Lloyd, pese a que un juez dictó hace dos años que su muerte fue ilícita.

El Servicio de Acusaciones de la Corona aseguró que no hay pruebas que permitan determinar quién disparó el tiro que causó la muerte a Lloyd, corresponsal de la cadena de televisión ITN, quien previamente había sido herido por disparos iraquíes.

La jefa del departamento contra el terrorismo, Sue Hemming, reconoció que, como estableció el juez forense, la bala que acabó con su vida era estadounidense, pero no se sabe quién la disparó, como "tampoco hay pruebas sobre quién estaba al mando de la operación" para determinar un responsable.

Hemming, quien dijo entender que la decisión causará dolor a los familiares y amigos del periodista, subrayó que se habían seguido todas las líneas de investigación disponibles antes de decidir no presentar cargos.

El reportero, de 50 años, fue asesinado junto con dos colegas, el traductor de origen libanés Husein Osman, y el cámara francés Fred Nerac cerca del puente Shatt, a las afueras de la ciudad sureña de Basora.

Según la investigación judicial, Lloyd, que viajaba con una unidad de televisión independiente de las Fuerzas Armadas, recibió un primer disparo al encontrarse en la línea de fuego entre iraquíes y estadounidenses, y fue rematado con un tiro en la cabeza por las tropas de EEUU cuando era evacuado en un minibús para ser curado.

En octubre del 2006, el juez adjunto Andrew Walker dictaminó que los soldados estadounidenses actuaron fuera de la ley al disparar contra Lloyd cuando éste ya había sido herido y estaba siendo evacuado en un vehículo civil.