Una bloguera china se enfrentará a una petición de cinco años de cárcel en el juicio que se iniciará el próximo mes por difundir información falsa del coronavirus desde Wuhan, el epicentro de la pandemia. Sobre Zhang Zan, antigua abogada de 37 años reconvertida en periodista ciudadana, pesan los cargos de "buscar pelea y ocasionar problemas", la gaseosa fórmula empleada por la justicia china contra disidentes y otros elementos percibidos como molestos.

Zhang permanece detenida desde mediados de mayo en Shanghái y sólo ahora se han conocido los cargos que le fueron presentados tres meses después. Había viajado en febrero a Wuhan y expuesto en plataformas prohibidas en China como Twitter y Youtube sus críticas a la gestión del gobierno y a la censura. Está acusada de diseminar información falsa y aceptar entrevistas con medios extranjeros, según una fuente cercana citada por el diario hongkonés South China Morning Post. Los medios son Radio Free Asia, sufragado por el gobierno estadounidense, y el diario Epoch Times, brazo propagandístico de Falun Gong, que difundieron falsedades durante los días más crudos de la pandemia. El primero habló de enfermos arrojados a hornos crematorios en bolsas y el segundo usó las bajas de telefonía móvil para certificar decenas de millones de muertos.

Zhang ha mantenido su inocencia y exigido su inmediata liberación. En el segundo mes, tras ser ignoradas sus peticiones, inició una huelga de hambre que obligó a las autoridades a inyectarle suero. “A sus compañeras de celda se les dijo que la alimentaran y ella volvió a comer”, ha añadido el diario hongkonés.

La fiscalía ha solicitado la pena más alta apoyándose en sus previas detenciones por acusaciones similares en 2018 y 2019, la última de ellas por apoyar las protestas en Hong Kong. La organización Defensores de los Derechos Humanos en China asegura que permaneció detenida durante dos meses y sometida a evaluación psiquiátrica.

Zhang no es la única periodista ciudadana que ha sido víctima del celo de las autoridades por preservar el discurso oficial sobre lo ocurrido en el epicentro de la pandemia. De Fang Bin, originario de Wuhan, no se tienen noticias desde que fuera detenido nueve meses atrás. Li Zehua reapareció finalmente en abril y de Chen Qiushi, otro antiguo abogado, se sabe que está “sometido a vigilancia en una residencia designada” desde que fuera detenido en septiembre. Sus perspectivas son pesimistas en un sistema penal con un 99 % de sentencias condenatorias.