La Fiscalía de Lieja (este de Bélgica) ha informado hoy de que los fallecidos en el ataque indiscriminado registrado ayer en esa ciudad son cinco, incluido el agresor, y no seis, al confirmar que sigue con vida pero muy grave una mujer de 75 años que daban por muerta. La fiscal de Lieja, Danièle Reynders, ha señalado en una rueda de prensa que esta persona se encuentra en estado crítico, al igual que otros cinco heridos.

Así, en total se han registrado cuatro fallecidos en la plaza Saint-Lambert de Lieja, una adolescente de 15 años, un joven de 17, y un bebé de 17 meses, además del propio autor de los hechos, en tanto que la quinta víctima es una mujer de 45 años que fue hallada muerta en la vivienda del agresor.

Por otra parte, otro joven de 20 años y un bebé de 23 meses habrían muerto también según fuentes médicas de las que se hacen eco los medios belgas, si bien esta información no ha sido confirmada oficialmente.

El liejense Nordine Amrani, un hombre de 33 años con numerosos antecedentes penales y detenciones, abrió ayer fuego de forma indiscriminada con un fusil automático y lanzó granadas contra los viandantes en la citada céntrica plaza, en un ataque que además dejó más de 120 heridos.

La fiscal ha confirmado también que Amrani se suicidó de un tiro en la cabeza, después de haber lanzado tres granadas y haber disparado una ráfaga contra las personas que aguardaban en una parada de autobús, principalmente. También ha señalado que la mujer encontrada muerta en la vivienda del agresor, que era empleada del hogar de unos vecinos, falleció de un disparo en la cabeza. En el registro del piso la Policía también encontró armas pesadas y municiones.

Amrani, que se encontraba en libertad condicional y debía presentarse ayer a una citación judicial, fue condenado en septiembre de 2008 por el Tribunal Correccional de Lieja a 48 meses de prisión por la posesión de 2.800 plantas de cannabis, y a 16 meses de cárcel por posesión de armas, en concreto, más de 9.500 piezas y una decena de armas pesadas.

No obstante, el Tribunal de Apelación no pudo condenarlo sobre la base de esos hechos a causa de un "problema técnico" y al haber cambiado la legislación en materia de posesión de armas, según explicó a la agencia Belga el fiscal general de Lieja, Cédric Visart de Bocarmé.