El canciller alemán, Gerhard Schröder, defendió ayer a su ministro de Exteriores y líder de Los Verdes, Joschka Fischer, en el punto de mira de la oposición, a raíz de una serie de errores cometidos por su ministerio en la entrega de visados a ciudadanos del Este de Europa. Fischer asumió "la responsabilidad política" de los "errores" cometidos.

La oposición asegura que, a partir del 2000, Exteriores abrió las puertas al crimen organizado, sobre todo procedente de Ucrania. La oposición afirma que terroristas y traficantes de blancas se valieron de un decreto firmado entonces por el viceministro de Exteriores, el ecopacifista Ludger Vollmer, quien renunció a todos sus cargos la pasada semana. Se estima que el decreto favoreció la entrada en el país de un millón de personas procedentes del Este con visados turísticos.