Irán admitió ayer que la causa de la muerte de la fotógrafa canadiense de origen iraní Zahra Kazemi, detenida en Teherán el 23 de junio por tomar imágenes en una prisión de la capital, fueron los golpes que recibió en la cabeza y que le causaron un derrame cerebral. La familia de Kazemi había denunciado que ésta había sido torturada durante su arresto, por lo que el presidente, Mohamed Jatami, ordenó el domingo abrir una investigación. La fotógrafa, de 54 años, falleció el viernes pasado en un hospital de Teherán, adonde fue llevada desde la cárcel. Las autoridades dijeron entonces que se había debido a un coágulo en el cerebro.

"Según el informe del Ministerio de Salud, Kazemi falleció debido a una hemorragia en el cerebro producida por fuertes golpes", reconoció el vicepresidente, Mohamed Alí Abtahi. Lo que no está claro es si los golpes los recibió durante su detención o en el interrogatorio posterior.