La campaña electoral oficial para las presidenciales francesas se abre hoy con casi la mitad de los potenciales votantes indecisos, un descenso en los últimos sondeos de la candidata del Partido Socialista (PS), Ségolène Royal, y un aumento sostenido del exministro del Interior y presidente de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), Nicolas Sarkozy.

La alta cifra de indecisos es el dato al que se agarra Royal. "Con un 45% de gente indecisa o que rechaza responder en los sondeos --conozco a muchos--, no hago ningún pronóstico", declaró el viernes por la noche antes de retirarse a descansar en este puente de Pascua, la última tregua a dos semanas de la primera vuelta del 22 de abril.

Un sondeo sin intención de voto del Instituto CSA, publicado ayer por el diario Le Parisien, registraba, en efecto, un 42% de personas que podían todavía cambiar de opinión al ir a votar, frente a un 58% con el sufragio decidido. Esta tendencia de esperar a última hora para decidirse es superior en Francia a la que se observa en otros países aunque, según Roland Cayrol, director general de CSA, es cada vez más frecuente. "Hemos entrado en la era del elector consumidor, del zapeador , que compara las personalidades y las promesas como lo haría con los productos de un supermercado antes de decidirse definitivamente", dice Cayrol.

JOVENES Y MUJERES El número de indecisos se concentra en los jóvenes, las mujeres y los trabajadores, "porque son los que se interesan menos por la política", en opinión del director de CSA. Los jóvenes se han inscrito en gran número en las listas para votar, pero un 60% entre 18 y 24 años está indeciso y un 56% entre los menores de 30 años, según el sondeo, frente a un 67% de voto decidido entre los mayores de 50 años. La indecisión entre las mujeres se eleva al 49%, y es solo un punto menos entre los parados, mientras que, por el contrario, un 65% de los cuadros y los profesionales liberales ya saben a quién votarán.

En cuanto a la fidelidad del voto, el dirigente del ultraderechista Frente Nacional (FN), Jean-Marie Le Pen, alcanza el primer lugar, con un 68%, seguido por Sarkozy (65%) y Royal (62%). Como confirman todas las encuestas, el electorado más volátil sigue siendo el del candidato de la Unión por la Democracia Francesa (UDF), François Bayrou: más de la mitad (52%) de los que tienen intención de votar por el aspirante centrista admiten que aún pueden cambiar de opinión.

Si las encuestas reflejan fielmente lo que está ocurriendo, el giro a la derecha que Sarkozy dio a su campaña en la primera quincena de marzo le estaría saliendo bien. El último sondeo de IFOP, publicado ayer por Le Journal du Dimanche , le concede una neta ventaja de 7,5 puntos sobre Royal, con un aumento de 3,5 puntos en 15 días. La candidata socialista se hunde hasta el 22%, el peor resultado en los últimos seis meses. En la segunda vuelta, Sarkozy derrotaría a Royal por el 54% frente al 46%, cuando la diferencia era la mitad (cuatro puntos) hace dos semanas.

CAIDA DE ROYAL Los otros tres sondeos publicados desde el viernes otorgan a Royal una intención de voto algo mayor (23,5%), pero la aspirante del PS desciende en todos ellos, entre 0,5 y 3,5 puntos. La vorágine de los sondeos --se publican ocho cada semana-- se ha convertido más en un arma para influir en el electorado que en una radiografía del momento, pero la errática campaña de Royal no ayuda a desmentir las sombrías previsiones. Los otros dos candidatos con posibilidades de dar la sorpresa, Bayrou y Le Pen, se mueven en torno al 19%-20% el primero, y sobre el 14% el segundo. Ambos están convencidos de que pasarán a la segunda vuelta.