Al grito de "¡Viva Francia!" y los aplausos del público en pie en la tribuna, la Asamblea Nacional Francesa aprobó ayer con 106 votos a favor y solo 19 en contra una propuesta de ley socialista para castigar como delito la negación del genocidio armenio. Pese a las protestas oficiales de Turquía y de la prensa turca, que titulaba ayer Libertad, fraternidad y estupidez , a partir de ahora en Francia quien ponga en duda la muerte de un millón de armenios por parte de los turcos en 1915 podrá ser castigado a un año de prisión y una multa de 45.000 euros.

El Gobierno francés se desmarcó inmediatamente de esta votación ante las presiones del Ejecutivo turco. La ministra francesa de Asuntos Europeos, Catherine Colonna, aseguró que el Gobierno "no es favorable" a esta medida, que podría tener "efectos contrarios a los deseados", argumentando que la existencia de otra ley que reconoce el genocidio armenio es más que suficiente. Sin embargo, fue el presidente, Jacques Chirac, quien radicalizó la posición de París en un reciente viaje a Armenia.

"ACTO HOSTIL" El presidente del Parlamento turco, Bulent Arinc, tildó de "vergonzosa" la ley aprobada por Francia, que calificó de "acto hostil" contra su país. El Ministerio de Exteriores emitió un comunicado en el que señalaba que, pese a los esfuerzos de Ankara, la aprobación de la ley supondrá un problema en las relaciones bilaterales. En un comunicado, el Gobierno de este país subrayaba: "Las relaciones turco-francesas han sufrido un duro golpe debido a la acción irresponsable de algunos políticos franceses que no han sido capaces de ver las consecuencias a largo plazo de sus políticas".

La comunidad armenia asegura que un millón y medio de armenios fueron asesinados de forma sistemática entre 1915 y 1917, y exige que los crímenes sean reconocidos internacionalmente como un genocidio. Sin embargo, Turquía sostiene que 300.000 armenios, y otros tantos turcos, murieron durante el enfrentamiento civil ocurrido en el este de Anatolia cuando los armenios se alzaron para pedir la independencia, con el apoyo de tropas rusas, en los últimos años del Imperio Otomano.

UN DURO GOLPE Ankara insistió en que la ley va a suponer un "duro golpe" a las relaciones turco-francesas, y criticó la "actuación irresponsable" de ciertos políticos franceses en base a "afirmaciones infundadas".

El texto legislativo recibió el respaldo de parlamentarios de todas las fuerzas políticas francesas, pero ahora deberá ser aprobado por la Cámara alta.

Francia sigue "muy apegada al diálogo con Turquía", dijo el portavoz de la diplomacia francesa, Jean-Baptiste Mattéi. También precisó que la adopción de la propuesta de ley es solo "el principio de un largo proceso legislativo". El Gobierno conservador francés aprovechará "cada etapa" de ese proceso para pronunciarse sobre esta ley que "no le parece necesaria y cuya oportunidad es discutible", añadió.

Tras la votación en Francia, miles de libaneses de origen armenio salieron a la calle en Beirut contra la presencia de las tropas turcas en el seno de la Fuerza Provisional de Naciones Unidas en el Líbano. En Ankara, varios cientos de personas protestaron delante de la embajada francesa en la capital turca.