El 30% de los 100.000 millones de euros que conforman el plan de reactivación económica de Francia irá destinado a la transición ecológica. El Gobierno de Emmanuel Macron apuesta así por una "aceleración sin precedentes" de su política verde como medida estrella para hacer frente a la crisis económica desatada por la pandemia del covid-19. Se trata de "un gran paso que por su coherencia y solidez nos ayudará a avanzar en la ecología del mañana", se felicitó la ministra de Transición Ecológica, Barbara Pompili, durante la presentación de "France Relance" este jueves 3 de septiembre.

El principal objetivo de este cambio de velocidad será "la transformación ecológica de todos los sectores que son importantes emisores de gases de efecto invernadero", es decir, la renovación del transporte, la construcción, la energía, la industria y la agricultura. Cada sector contará con una partida propia: 11.000 millones irán destinados a reverdecer el transporte; 9.000 a la energía y la tecnología verde; 7.000 a la renovación energética de las construcciones; 1.200 al bienestar animal, la transición agroecológica y la economía circular; y 250 millones a la reforma de puertos pesqueros y actividades relacionadas con el mar.

El ambicioso plan anunciado por el primer ministro, Jean Castex, responde así a las principales exigencias de la llamada Convención Ciudadana sobre el Clima, una iniciativa destinada a crear un plan de acción para frenar el cambio climático. El pasado mes de junio, tras reunirse con los 150 miembros de dicha convención, Emmanuel Macron anunció la movilización de 15.000 millones de euros en dos años para la reconversión ecológica. A la vista de las nuevas cifras, el Gobierno dobla ahora su apuesta en materia medioambiental.

NO HABRÁ SUBIDA DE IMPUESTOS

La cohesión social y territorial, con un montante de 36.000 millones, así como la competitividad empresarial, con una partida de 34.000 millones, completan el gigantesco plan destinado a contrarrestar el impacto de la crisis sanitaria en la economía gala. En materia de cohesión, las medidas y estrategias incluyen la renovación de comercios, la digitalización de la empresas y planes de fomento de empleo para los más jóvenes. Para impulsar la competitividad y promover la reindustrialización, el plan prevé una bajada de impuestos sobre la producción de 20.000 millones en los próximos dos años.

Ante la envergadura del proyecto -100.000 millones, financiados en un 40% por la Unión Europea-, son muchos los que temen una inminente subida de impuestos. El primer ministro prometió que en ningún caso aumentará la presión fiscal en los hogares, estimando que el impacto del plan en la deuda pública será absorbido casi por completo en 2025, siempre y cuando logre su objetivo principal: reactivar la actividad económica y crear nuevos empleos -160.000 de aquí al 2021-.