Como una paradoja que refleja la impotencia de su política económica, Nicolas Sarkozy se hunde en los sondeos hasta el nivel más bajo desde que accedió a la presidencia el mismo día en que el Parlamento aprueba la ley para mejorar el poder adquisitivo de los franceses. Solo un 41% confía en Sarkozy, frente a un 55% de descontentos, una caída de ocho puntos en un mes que coloca al presidente en los niveles de impopularidad de su predecesor, Jacques Chirac, en febrero de 1996, nueve meses después de su elección y tras las largas huelgas del otoño anterior.

La encuesta de TNS-Sofres, conocida ayer y que se publicará el sábado en Le Figaro Magazine, acentúa el descenso reflejado en los sondeos publicados en enero. El pesimismo de los franceses se expresa en el dato de que un 68% (con una subida de cuatro puntos) estima que las cosas "tienen tendencia a ir peor". Un 87% (+2) cree que la acción del Gobierno contra el alza de precios "no es eficaz", coincidiendo con la nueva ley para mejorar el poder adquisitivo, que permite cobrar las jornadas de libranza acumuladas tras la implantación de las 35 horas semanales y pone trabas al alza del alquiler.

Pese a esta ley, los franceses están decepcionados. Sarkozy repitió durante su campaña que iba a ser "el presidente del poder adquisitivo", pero el 8 de enero, en su primera conferencia de prensa del mandato, reconoció que "no podía vaciar las cajas del Estado ya vacías".

Este reconocimiento de impotencia representó, por una parte, un retorno a la realidad, pero, por otra, significó la ruptura entre las promesas y su actuación, según los analistas de sondeos. Todos coinciden en que el coste de la vida es la causa principal del descenso de popularidad, pero divergen en la influencia que la exhibición de la vida privada pueda tener en la caída. En cualquier caso, los viajes y las vacaciones millonarias con su compañera Carla Bruni influirían por contraste con el nivel de vida de los franceses.

PRESIDENTE ´BLING-BLING´ A Sarkozy se le llama el "presidente bling-bling ", con un término tomado de la jerga del hip-hop que expresa el modo de vida ostentoso y excesivo. David Martinon, portavoz del presidente, reaccionó ayer con la afirmación de que Sarkozy "está para hacer reformas y no para ser popular por principio". "La mejor respuesta es acelerar las reformas", dijo. De la misma opinión es Christian Estrosi, secretario de Estado de Ultramar, que subrayó: "Hemos reformado mucho y muy rápidamente. Reformar a este ritmo antes de unas municipales no es popular, pero, si se tienen en cuenta las elecciones, no se reformaría nunca", afirmó. Por su parte, el primer secretario socialista, François Hollande, ironizó con que el único poder adquisitivo que ha aumentado en Francia ha sido el de Sarkozy.