Con el fin del confinamiento las autoridades sanitarias francesas están detectando señales preocupantes de un repunte de la epidemia de coronavirus y ese es el principal motivo por el que, a partir de este lunes, la mascarilla es obligatoria en lugares públicos cerrados para los mayores de 11 años si se quiere evitar una multa de 135 euros.

Tiendas, centros comerciales, mercados cubiertos, bancos, administraciones, centros de culto, bibliotecas, salas deportivas, cines y hoteles se unen a la lista de espacios en los que ya era obligatorio usar la mascarilla para evitar la propagación del virus, como museos, transportes públicos, estaciones de tren o aeropuertos. En el sector de la hostelería y en muchos comercios las medidas de prevención se habían relajado y poca gente seguía la recomendación de llevar mascarilla.

Los científicos defienden que cubrir la boca y la nariz permite frenar de forma sencilla la transmisión aérea del virus propagado cuando se estornuda o incluso al hablar y en Francia muchos han pedido que se use la mascarilla en los centros de trabajo, donde ahora mismo solo es obligatoria cuando no se puede respetar una distancia física de al menos un metro. El presupuesto mensual de mascarillas para una familia francesa de cuatro miembros es de 96 euros al mes en el caso de las de tela y de 228 en el de las quirúrgicas desechables, según los cálculos del diario 'Le Parisien'

97 BROTES ACTIVOS

Desde el pasado 9 de mayo se han registrado entre 400 y 500 brotes de Covid-19 localizados en el oeste del país, en Mayena y en Bretaña -zonas poco afectadas por la primera ola epidémica-y en el Gran Este, uno de los primeros y más graves focos del virus en la pasada primavera, según el ministro de Sanidad, Olivier Véran, quien, no obstante, ha dicho que no se puede hablar de una segunda ola.

En este momento estamos muy lejos de la segunda ola, ha indicado en France Info. De los focos mencionados por Véran, permanecen activos 97, según los datos epidemiológicos proporcionados por la agencia Salud Publica Francia el 17 de julio. En la mayoría de los casos los contagios se han producido en mataderos o reuniones familiares.

La tasa de reproducción efectiva (R), que mide el número medio de personas infectadas por un enfermo es actualmente de 1,2. Aun estando muy por debajo del 3 registrado durante el pico de la epidemia, la circulación va en aumento. Preocupa el dato de Bretaña, donde se concentran buena parte de los brotes, con una tasa R de 2,6.

El objetivo del Gobierno es mantener ese dato por debajo de 1 para evitar someter a presión nuevamente el sistema sanitario, aunque el ministro de Sanidad cree que ahora mismo las cifras de ingresos hospitalarios no son preocupantes. En cualquier caso y pese a tener mascarillas suficientes y realizar una media de 700.000 test semanales, se barajan todos los escenarios en caso de que las infecciones se disparen.

Volver a confinar una zona concreta, limitar los desplazamientos, prohibir las reuniones o cerrar bares y restaurantes son algunas de las hipótesis que se barajan, según la emisora France Info. "No solo se estudian todos los escenarios, sino que están preparados. Hemos trabajado con el consejo científico antes incluso del desconfinamiento y hay medidas que se aplican en diferentes partes del país", ha explicado Véran.

El Ejecutivo quiere evitar, eso sí, un nuevo confinamiento generalizado que tendría consecuencias desastrosas para la economía. Con más de 30.100 muertos, Francia es uno de los países más afectados por la epidemia.