El primer ministro francés, François Fillon, proclamó ayer que Francia estaba "en guerra contra Al Qaeda", en una entrevista radiofónica emitida un día después de que se confirmara oficialmente la ejecución del cooperante Michel Germaneau por la rama en el Magreb de la organización liderada por Osama bin Laden. El jefe del Ejecutivo reconoció que su país presta ayuda logística desde hace meses a estados como Mauritania o Malí para formar fuerzas especiales que puedan intervenir contra los militantes de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQIM).

"Lo hacemos porque representa una amenaza que concierne al conjunto de nuestros países. La decisión de participar en esta misión de rescate de Germaneau la tomamos, con el presidente de la República, tras una larga reflexión, en el marco del Consejo de Defensa, porque pensábamos que había una última posibilidad de salvarle", repitió Fillon, siguiendo la versión, el día anterior , presentada por el presidente Nicolas Sarkozy.

Los Grupos Especiales de Intervención (GSI) de Mauritania llevaron a cabo una operación la semana pasada contra un campo del AQIM en Mali y en la que participaron una treintena de franceses en la que esperaban rescatar al rehén.

Desde el 2008, los militares franceses han formado a 450 miembros de los GSI en la región de Atar, situada en el oeste del país, a los cuales deben sumarse cada año 50 oficiales de la Escuela Interarmas. Su primera misión fue el ataque contra este campamento de Tessalit, cerca de la frontera con Argelia, donde murieron entre seis y siete militantes salafistas.

400 ACTIVISTAS "Es una región desértica tan grande como Europa, donde hay que hallar a cerca de 400 activistas que llevan a cabo un combate sin piedad contra los países de la región y nuestros intereses", subrayó el primer ministro que, sin embargo, precisó: "Francia no practica la venganza". "Disponemos de acuerdos con los gobiernos de la región, en especial, con el mauritano y el maliense para acorralar a los terroristas y entregarlos a la justicia", dijo Fillon.

Esta cooperación no hace ninguna gracia a países como Argelia, siempre celosos de su soberanía ante la excolonia. El ministro argelino de Exteriores, Murad Medelci, condicionó dicha cooperación entre países exclusivamente a momentos "en los que sea necesaria".

Por su parte, el titular de Exteriores francés, Bernard Kouchner, que se encuentra de gira desde el lunes por el Sahel, dijo que no había pedido la repatriación de los franceses en la región, pero sí que extremen las precauciones.