El régimen iraní anunció ayer que juzgará a 500 personas, que siguen en prisión, por los altercados que siguieron a las denuncias de fraude electoral. Unos 2.000 detenidos han sido ya liberados, según las autoridades. El embajador de Francia en Teherán, Bernard Poletti, logró hablar por teléfono durante unos segundos con Clotilde Reiss, la francesa de 23 años detenida en Irán por espionaje, informaron ayer fuentes diplomáticas. Clotilde Reiss fue detenida en el aeropuerto de Teherán cuando se disponía a regresar a su país vía Beirut, tras una estancia de cinco meses en Irán. Según las autoridades francesas, se la acusa de "espionaje" por haber transmitido fotos desde su móvil telefónico de manifestaciones de la oposición en Isfahán, tras la polémica reelección del presidente Mahmud Ahmadineyad.

La joven, iniciada en la cultura iraní desde pequeña por una niñera de ese país, habla persa con fluidez y ha viajado a Irán en varias ocasiones. A Clotilde "no se la puede considerar como una militante", aseguró su padre, Remi Reiss.