Una terrible incertidumbre seguía atenazando anoche a los franceses, pendientes de la suerte de los dos periodistas, Christian Chesnot y Georges Malbrunot, secuestrados en Irak. Por su parte, el Gobierno francés seguía manteniendo una intensa actividad diplomática en Oriente Próximo, en una carrera contrarreloj cuyo objetivo principal es hacer pasar su mensaje por todos los canales susceptibles de intervenir en favor de la liberación de los dos reporteros.

El ministro francés de Asuntos Exteriores, Michel Barnier, continuó su gira hasta Qatar, donde fue entrevistado por la cadena árabe de televisión Al Jazira, la misma que utilizaron los secuestradores del Ejército Islámico de Irak para atribuirse el doble secuestro y prolongar el ultimátum. Aunque este plazo ya no está del todo claro, se supone que el Gobierno de Jacques Chirac tenía hasta las nueve de la noche de ayer para derogar la ley que prohíbe el uso del velo islámico en las escuelas públicas. El jefe de la diplomacia explicó que había viajado a la región con la esperanza de que "el mensaje de paz sería escuchado".

Por la misma vía, Barnier expresó la gratitud de su país ante la movilización del mundo árabe para condenar el secuestro y pedir la liberación de los periodistas. El ministro se mostró optimista en cuanto al desenlace. "No creo que vayamos hacia un fin trágico. Pienso que los hombres que tienen en sus manos el destino de estos dos ciudadanos franceses y de su chófer el sirio Mohamed al Jundi escucharán los llamamientos", dijo.

Las intervenciones en favor de la liberación de los rehenes prosiguieron ayer por parte de dirigentes árabes y jefes religiosos, incluso los más extremistas. El presidente Chirac, por su parte, insistió en que su Gobierno tomará "todas las iniciativas posibles para liberar a los rehenes".

REUNION EN BAGDAD El apoyo incondicional de la comunidad musulmana fue ratificado con el envío a Bagdad de una delegación del Consejo Francés del Culto Musulmán, que representa a 5 millones de musulmanes franceses. La delegación se reunirá con responsables religiosos para explicarles que "los musulmanes de Francia no están oprimidos".

Francia quiere evitar a toda costa que sus periodistas corran la misma suerte que el italiano Enzo Baldoni, secuestrado y asesinado por el mismo grupo insurgente. Ante la movilización francesa, el padre de Baldoni, Antonio, de 82 años, arremetió contra el Gobierno de Silvio Berlusconi, al que reprochó el no hacer lo suficiente para salvar a su hijo. "El secuestro de mi hijo fue tratado de manera superficial", dijo, en una entrevista con el Corriere della Sera .

RESCATE En Irak, entretanto, el grupo Banderas Negras liberó a los siete camioneros --tres indios, tres kenianos y un egipcio-- que mantenía secuestrados desde el 21 de julio. Los insurgentes dijeron que la decisión obedecía a que la empresa kuwaití que los empleaba había accedido a abandonar sus actividades en suelo iraquí, pero la compañía afirmó que había pagado un rescate de más de 500.000 dólares (unos 410.000 de euros).