El terrorista venezolano Ilich Ramírez Sánchez, alias Carlos o Chacal, comparece a partir de este lunes y durante seis semanas en el Tribunal de lo Criminal de París para ser juzgado por cuatro atentados cometidos en Francia en 1982 y 1983 que causaron once muertos y decenas de heridos. Carlos, de 62 años, se encuentra encarcelado en Francia desde agosto de 1994 y cumple cadena perpetua por haber matado en junio de 1975 a tres hombres en la capital francesa; dos de ellos agentes secretos.

Conociendo la turbulenta personalidad de Carlos, a buen seguro que el juicio no estará exento de golpes de efecto. El pulso va a ser entre el acusado y sus abogados, en busca de brechas que les permitan alimentar sus repetidas denuncias de persecución político-judicial y de parcialidad, y la fiscalía, celosa de un sumario que empezó a escribirse hace cerca de tres décadas.

Carlos comparte acusación con otros tres imputados que, sin embargo, no se sentarán en el banquillo con él puesto que uno está en paradero desconocido desde hace una decena de años, otro está en Alemania que se niega a extraditarlo a Francia y el tercero cumple una condena por cadena perpetua en una prisión germana.

A Carlos se le acusa de haber sido el ideólogo y de haber reivindicado los cuatro atentados con explosivos en su calidad de líder de la Organización de Revolucionarios Internacionales (ORI). No está imputado como autor material de esos actos, por eso la clave de los cargos es su presunta "complicidad". La base de esas imputaciones son las pruebas recogidas por los investigadores franceses, pero también testimonios clave de exespías de Hungría y de la República Democrática Alemana (RDA), dos de los países del antiguo bloque soviético donde el grupo del venezolano gozaba de gran libertad y tenía algunas de sus retaguardias.

El exetarra Juan Miguel Goiburu Mendizábal está citado como testigo para dar cuenta de cómo ETA colaboró con Carlos.

El primero de los atentados fue el 29 de marzo de 1982 contra el tren Capitole que cubría el recorrido París-Toulouse, en el que hubo cinco muertos y 28 heridos, y en cuya reivindicación Ramírez Sánchez exigía bajo amenazas a las autoridades francesas la liberación de dos de sus colaboradores --Bruno Breguet y Magdalena Kopp--, arrestados un mes y medio antes en París. A este atentado le siguió la explosión de un coche bomba en París, con una mujer muerta y 66 heridos, el 22 de abril de ese mismo año, el día en que se abría en la capital francesa el juicio contra Breguet y Kopp.

Los dos últimos ataques sucedieron con pocos minutos de diferencia la Nochevieja de 1983, uno en un tren de alta velocidad que circulaba entre Marsella y París (tres muertos y una docena de heridos) y otro en la estación de ferrocarril Saint Charles de Marsella (dos muertos y 34 heridos).