Dos años y ocho meses después del no en el referendo que paralizó Europa, la Asamblea Nacional francesa ratificó ayer el Tratado de Lisboa, que sustituye a la Constitución europea. La derecha votó a favor, el Partido Socialista (PS) se dividió, aunque la gran mayoría apoyó el texto, y los comunistas se pronunciaron en contra.

De los 577 diputados, participaron en la votación 410. El proyecto de ley fue aprobado por 336 votos a favor, 52 en contra y 22 abstenciones. En la gubernamental Unión por un Movimiento Popular (UMP), solo cinco diputados soberanistas se opusieron, mientras que 206 lo apoyaron. Los centristas de la mayoría también respaldaron el texto, aunque solo votaron seis de los 22 diputados del Nuevo Centro.

DIVISION La división persistió entre los socialistas, aunque el PS salvó ayer la cara porque 125 diputados votaron sí, 25 optaron por el no y hubo 17 abstenciones. Además, los seguidores del exprimer ministro Laurent Fabius, uno de los líderes del no en el referendo del 29 de mayo del 2005, no participaron en la votación. Otro de los dirigentes del no, el exprimer secretario Henri Emmanuelli, que se mantuvo en el no, desdramatizó la división. "Estamos acostumbrados. De todas formas, él está ahí para cinco años", dijo en referencia al presidente Nicolas Sarkozy.

Los diputados socialistas estaban aliviados tras pasar la página de uno de los asuntos que más han desgarrado al partido en los tres últimos años. "Es el fin del camino del calvario", resumió el portavoz del grupo parlamentario, André Vallini. Otro diputado, Philippe Martin, destacó que había observado entre sus compañeros "el deseo de cerrar un tema" que había "hecho tanto daño" al PS.

Si se compara con la posición del PS en el primer acto de esta ratificación, los socialistas salieron ayer bien librados porque, el pasado lunes, 94 se abstuvieron, 91 votaron en contra y solo 17 a favor. El raquítico apoyo socialista respondía a la decisión de Sarkozy de no convocar un nuevo referendo para que los franceses, que rechazaron la Constitución, se pronunciaran de nuevo.

El orador en la sesión de ayer por el PS, Pierre Moscovici, lamentó la renuncia al nuevo referendo, pero eso no impidió que la posición oficial del partido fuera el en el Parlamento.

CASI SIN DEBATE Moscovici, exministro de Asuntos Europeos, lamentó que se había "escamoteado" el debate, ya que el Tratado se ha ratificado con una rapidez inusitada. El lunes se dio vía libre a la revisión constitucional, el miércoles por la mañana el proyecto de ley fue aprobado por el Consejo de Ministros y ayer fue discutido y votado en la Asamblea Nacional.

Una vez decidió en la campaña electoral que no correría el riesgo de someter el nuevo Tratado a referendo, Nicolas Sarkozy ha querido que Francia sea de los primeros países de la UE en ratificarlo. Otro de sus objetivos era hacerlo antes de la presidencia francesa de la UE.