Las estrictas medidas de seguridad decretadas por el Gobierno iraquí en Bagdad no impidieron ayer que hombres varios armados mataran al menos a veinte civiles que participaban en una multitudinaria peregrinación de la comunidad chií.

Los ataques, que dejaron más de 300 heridos, se registraron en el centro de la capital, muy cerca del mausoleo de cúpula dorada del imán Musa al-Kazim, que murió en el siglo VIII y que desde entonces es venerado cada año. Los agresores, varios francotiradores, dispararon a discreción desde el tejado de las casas contra la multitud.

Muchos de los peregrinos llegaron a la capital tras un largo viaje desde sus ciudades o pueblos del país. Los ataques se produjeron a primera hora de la mañana al paso de la procesión por los barrios de mayoría sunís de Fadhil, Haifa y Saigh.

PREVENCION El viernes, y en previsión de posibles atentados, las autoridades iraquís decidieron prohibir la circulación de vehículos privados por el centro de Bagdad hasta hoy lunes. Desde principios de este año Irak vive casi a diario episodios de violencia sectaria que enfrentan a extremistas chiís y sunís.