La decisión del subsecretario de Defensa de EEUU, Paul Wolfowitz, de que "por razones de seguridad" quedaban excluidas de la reconstrucción iraquí las empresas de los países del frente de la paz ha abierto una nueva brecha en la comunidad internacional, cuando aún no habían restañado las heridas surgidas a raíz de la guerra de Irak. Francia, Alemania, Rusia y Canadá reaccionaron ayer con dureza a las intenciones de Washington, aunque no desvelaron si adoptarán represalias comerciales.

Hervé Ladsou, portavoz del Ministerio de Exteriores francés, señaló que su Gobierno está evaluando la "compatibilidad" de la decisión estadounidense "con el derecho internacional de la competencia". En un intento de no iniciar una escalada de acusaciones con EEUU, tanto el presidente francés, Jacques Chirac, como el ministro de Exteriores, Dominique de Villepin, se abstuvieron de responder a los periodistas.

El Gobierno alemán fue más contundente y calificó de "inaceptable" la exclusión de sus empresas de los contratos iraquís. Las autoridades alemanas, sin esperar la confirmación oficial, arremetieron con indignación contra la decisión del Pentágono. Tal proceder vulnera "el espíritu acordado en la ONU" de "mirar hacia el futuro y no al pasado", según aseguró el portavoz del Gobierno alemán, Bela Anda. El ministro alemán de Asuntos Exteriores, Joschka Fischer, dijo que su Gobierno había acogido con "asombro" el anuncio.

DURA REACCION RUSA El ministro de Defensa ruso, Serguei Ivanov, advirtió de que su país no está dispuesto a perdonar la deuda de Irak si sus empresas quedan excluidas de la reconstrucción. Rusia exigirá la devolución de los 8.000 millones de dólares (6.480 millones de euros, algo menos de 1,1 billones de pesetas) que le debe Bagdad desde tiempos soviéticos. "No tenemos planeado perdonar ninguna deuda, sobre todo después de que ha quedado claro que Irak no es un país pobre", afirmó Ivanov.

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Según el informe del Pentágono, EEUU ha decidido excluir de las licitaciones para la reconstrucción de Irak --por valor de 18.600 millones de dólares (15.066 millones de euros, 2,5 billones de pesetas)-- a las empresas francesas, alemanas, rusas y canadienses, así como las de aquellos países que no se asociaron a la alianza militar encabezada por EEUU. Pese a la fuerte polémica exterior, el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, justificó la medida como "apropiada y razonable". Con todo, el Pentágono ha retrasado el proceso de licitación de contratos.

Todo apunta a que la decisión no contradice las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), dado que el régimen jurídico que se aplica a Irak es el de una ocupación militar y no el del derecho comercial común, según expertos.