Como dice el teniente coronel al mando del batallón de Estados Unidos en Ciudad Sadr, la entrega de armas del Ejército del Mehdi en esa barriada bagdadí no supone "ningún acuerdo de alto el fuego".

Las llamas de la insurrección iraquí no se extinguirán porque unos cientos de seguidores de Moktada al Sadr rindan sus lanzagranadas, puesto que el incendio se extiende a casi todo el país y abarca a muchos otros grupos armados, sectas y etnias. Y la hoguera seguirá ardiendo mientras el Pentágono insista en apagarla con bombas, como las que ayer abrasaron la mezquita de Hit.

*Periodista.