Mientras dibuja círculos sobre una hoja de cálculo, el licenciado Gary Antonio Rodríguez Alvarez --un experto en comercio exterior de Santa Cruz que asesoró a los últimos gobiernos bolivianos-- se pregunta hacia dónde va su país. Le viene a la mente una escena doméstica. "¿Ustedes creían que un indio no puede hacer nada? Bueno, ahora que somos dueños del gas y el petróleo, vamos a dejar de ser pobres de una vez", le dijo a su esposa la empleada que cuida a sus hijos.

Rodríguez Alvarez, cuyo padre lo bautizó con el nombre de Gary en honor al mismo general que capturó en 1967 a Ernesto Guevara, no descarta que ese diálogo se haya repetido una y mil veces en el país en los últimos días. El ministro de Hidrocarburos, Andrés Solís Rada, parece pensar lo mismo. Con la nacionalización decretada por Evo Morales, dijo a la prensa: "Los bolivianos recuperamos algo más que el petróleo, las refinerías y los oleoductos: la dignidad y la autoestima".

Atajo populista

A tono con ese sentimiento, la popularidad de Morales sube como la espuma de la cerveza entre los desposeídos de siempre. El senador de Podemos Tito Hoz de Vila Quiroga teme una revancha social. Vila Quiroga, de una fuerza conservadora, está convencido de que todo no es más que un atajo populista de lamentables consecuencias internas y externas.

"Morales --dijo a este enviado-- estaba cayendo en las encuestas y con esta medida no solo ha buscado recuperarse, sino apuntar a las elecciones constituyentes de julio. Esta ha sido su primera acción de campaña". El senador está preocupado también por otras cosas. Teme que la ola de reivindicaciones termine en un maremoto político.

Evo, el cóctel

El Gobierno, por lo pronto, acaba de sancionar una ley que anula la llamada "flexibilización laboral" y protege a los trabajadores contratados. "¿Y quién se hará cargo de esos costes?", cavila en un lujoso bar paceño llamado Traffic un empresario textil. "¿Quieren que quebremos en masa?", insiste. A sus espaldas, detrás de la barra, el barman prepara un trago que se ha convertido en sensación: el Evo, hecho sobre la base de Cinzano, Sprite y licor de coca, la hoja sagrada de los indios de la que también se extrae la pasta base de la cocaína.

"El ladrón cree que los demás son de su condición, por eso piensa que todo lo hacemos con intenciones electorales", dice Osvaldo Chato Peredo, una de las caras más mediáticas del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Morales. El doctor Peredo es un apellido con muchas resonancias aquí. Sus hermanos formaron parte de la guerrilla del Che. El fue guerrillero a principios de los 70. En la cárcel usó la hipnosis para curar a los presos heridos. Y luego se especializó en las terapias regresivas, las que buscan los males del presente en las vidas pasadas.

El programa de Gobierno

Entre sus pacientes está parte de la clase alta boliviana. "Es cierto que necesitamos una mayoría en la Constituyente para refundar el país, pero la derecha confunde populismo con ideología y la existencia de un programa de Gobierno", dice este doctor, y junta en su biblioteca sin rubor a Marx y Lenin con Brian Weisse, el psiquiatra norteamericano autor del superventas de las reencarnaciones Muchos cuerpos, una misma alma . Las encuestas aseguran que el MAS es favorito, pero todavía hay un 44% de indecisos de cara a julio.

¿Hacia dónde va Bolivia? En la avenida de Satélite de El Alto, la paupérrima ciudadela que vigila a La Paz, a más 4.000 metros de altura, la gente se atreve a creer que sus vidas cambiarán gracias al gas estatalizado, que sería algo así como una tímida fuente de los deseos. De tanto escuchar a los gobernantes que el futuro les pertenecerá, Efraín quisiera que sus hijos no sean analfabetos como él. En la avenida de Satélite hay un extraño cartel que dice "Duchas". Muchos alteños van allí a bañarse por unas monedas porque, en la segunda reserva gasística latinoamericana, millones de personas no tienen calefacción.

David, que acaba de sacarse la suciedad de toda una jornada de trabajo, y que no votó a Morales, ahora es uno de sus defensores. En los últimos días imagina que el agua caliente brota del baño de su casa. Su novia le dice que es un soñador.