Los equipos de rescate habían contabilizado ayer por la noche un mínimo de 257 muertos y cerca de 1.000 heridos tras el terremoto de 6,8 grados en la escala de Richter registrado en el oeste de China. A la violencia del seísmo se sumó el hecho de que las construcciones, en gran parte de las localidades afectadas, "son de mala calidad", según afirmó un responsable de la Oficina Sismológica de Pekín. Este hecho ha causado un número tan elevado de fallecidos.

La más perjudicada por el terremoto fue la localidad de Bachu, donde se vinieron al suelo más de mil casas y edificaciones de todo tipo, aunque el movimiento telúrico también causó estragos en las poblaciones de Kashgar, Jiashi, Artux y Markit. Las cinco pertenecen a la autonomía de Xingjiang --donde fue detectado el epicentro del terremoto--, una región relativamente aislada donde las labores de rescate han resultado particularmente lentas y complicadas.

EL EJERCITO, MOVILIZADO

El seísmo tuvo lugar pasadas las diez de la mañana, hora local, y obligó al Gobierno a movilizar al Ejército para ayudar en las labores de socorro. Las cifras de muertos y de heridos pueden aumentar, según han advertido las autoridades, ya que muchos de los pueblos de la región carecen de sistemas de comunicación y todavía no se tiene un panorama completo de los daños.

"Tuve mucho miedo. El terremoto sucedió mientras iba en bicicleta al trabajo. Nunca había experimentado algo así antes", declaró Abuliti, una empleado del Banco del Pueblo de China en la localidad de Bachu. El seísmo dejó sin servicio de electricidad a éste y otros pueblos de la región, cuyos habitantes permanecieron todo el día a la intemperie, bajo temperaturas cercanas a los cero grados, por temor a las consecuencias de las constantes réplicas. "Esto es el caos total", se lamentaba un oficial del Ejército chino en Kashgar.

UNA REGION CASTIGADA

La autonomía de Xingjiang es escenario de constantes terremotos, aunque la mayoría de ellos, de baja intensidad, no suelen causar ninguna víctima entre la población. El último seísmo con consecuencias graves en esta región tuvo lugar en enero de 1997, y dejó 50 personas muertas, mientras que otro, registrado en abril del año pasado, causó nueve víctimas mortales.