Los fuertes vientos amenazan con empeorar la temporada de incendios en el estado de California, afectado por más de una veintena de fuegos de grandes dimensiones. El servicio de meteorología advierte de vientos de entre unos 40 y 65 kilómetros por hora en la cordillera de la Sierra Nevada, especialmente en la región de las montañas Tehachapi. Las previsiones también alertaron de la situación en la zona del parque nacional de Yosemite y el lago Isabella, más al norte de las montañas Tehachapi, posibles focos de incendios menores durante los próximos días.

Ante esta situación, el principal proveedor eléctrico de la región, Pacific Gas & Electric, anunció que cortará el suministro a numerosas comunidades de la región con el objetivo de evitar nuevos incendios que pudieran ser provocados por líneas eléctricas caídas. De hecho, según datos del diario Los Angeles Times, más de 120.000 clientes de este proveedor estaban sin electricidad.

El estado de California inició el pasado fin de semana su segunda oleada de incendios del verano, en medio de una ola de calor en que se registraron temperaturas muy superiores a las habituales y sólo pocas semanas después de que se declarase la primera, a mediados de agosto.

AZOTE EN EL CENTRO Y EL SUR

A diferencia de la primera oleada, cuando los fuegos se concentraron en el norte del estado, esta vez la peor parte se la están llevando el centro y el sur, con dos grandes fuegos que queman cerca de Los Ángeles y San Diego, y un terBcero declarado en la Sierra Nevada.

La aparición de nuevos fuegos continuó en el condado de Sonoma, al norte del estado, donde se produjo un incendio el lunes por la noche, lo que provocó evacuaciones.

Generalmente, lo peor de la temporada de incendios de California no llega hasta octubre, pero el estado ya ha registrado más de dos millones de acres quemados, casi 8.100 kilómetros cuadrados, un récord para estas fechas, según cifras del Departamento de Silvicultura y Protección contra Incendios de California.