La cumbre de las ocho grandes potencias mundiales (G-8) concluyó ayer en la localidad alemana de Heiligendamm con la renovación del compromiso de intensificar la ayuda a Africa y la promesa de unos 45.000 millones de euros adicionales para luchar contra el sida, la tuberculosis y la malaria. Sin embargo, las organizaciones humanitarias aseguraron que esas nuevas promesas supondrán poco dinero extra. En la práctica, dijeron, implican una marcha atrás respecto a los compromisos de la cumbre de Gleneagles del 2005.

La cancillera alemana y presidenta de turno del G-8, Angela Merkel, presentó el nuevo paquete de ayuda como uno de los acuerdos clave de la cumbre, después de la reunión celebrada con los representantes de los países africanos. Además, el G-8 renovó su promesa del 2005 de incrementar la ayuda al desarrollo a 37.500 millones de euros anuales en el 2010, la mitad de los cuales estarían destinados a Africa. Pero los líderes del G-8 eludieron precisar en qué plazo de tiempo piensan facilitar esos 45.000 millones de euros adicionales para la lucha contra el sida y las otras enfermedades, ni qué cantidad aportará cada país.

LAS CRITICAS Las organizaciones humanitarias reprocharon a los líderes del G-8 que realicen anuncios que luego no se cumplen. La ayuda al desarrollo de los miembros del G-8 sin Rusia, por ejemplo, se redujo el 8,7% en el 2006, un año después de las promesas de Gleneagles. Los mayores recortes se produjeron en Italia (-30%), EEUU (-20%), Japón (-9,6%) y Canadá (-9,2%), mientras que solo hubo aumentos en Alemania (0,9%), Francia (1,4%) y Gran Bretaña (13,1%).

Oxfam estimó que, con las actuales tendencias, "la ayuda global al desarrollo se situará en el 2010 en unos 23.000 millones de dólares, 27.000 millones menos de lo prometido en Gleneagles en el 2005". Asimismo, la organización advirtió de que la estrategia agresiva del G-8 en materia de propiedad intelectual "puede socavar los beneficios de ese dinero extra al empujar al alza los precios de las medicinas esenciales para los países en desarrollo y negando el acceso a los genéricos, más baratos".

Las organizaciones destacaron, además, que esas ayudas prometidas solo permitirán tratar a cinco millones de enfermos de sida en Africa, cuando el número de enfermos ascenderá a 11 millones, lo que supone un retroceso respecto a la promesas del G-8 de lograr en el 2010 un acceso universal al tratamiento.

BALANCE MITIGADO La cumbre del G-8 ha permitido rebajar el clima de guerra fría surgido entre Rusia y Occidente a causa del proyecto de escudo antimisiles norteamericano y ha forzado a EEUU a aceptar negociar un nuevo acuerdo para prevenir el cambio climático que sustituya al Protocolo de Kioto. Sin embargo, EEUU consiguió evitar cualquier compromiso cuantificado para reducir las emisiones de gases hasta el 2009. Los líderes del G-8 tampoco lograron alcanzar un consenso sobre el Estatuto de Kosovo. Rusia rechaza el proyecto de la ONU de una independencia tutelada para Kosovo mientras Serbia no lo acepte.