El secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, declaró ayer que los recursos militares para frenar la ofensiva talibán estaban llegando a Afganistán y dio a entender su disposición a aumentar el número de tropas. Insistió en que la guerra afgana no se le estaba escapando de las manos a la Administración de Obama.

Gates parece olvidar sus reservas personales al envío de más soldados. En ocasiones anteriores había asegurado que temía que el contingente fuera demasiado grande. Ahora, en cambio, asegura que sus preocupaciones serían "mitigadas" si los afganos vieran a las tropas occidentales adicionales como "socios".

El premier británico, Gordon Brown, rechazó también las peticiones para que retire a sus tropas de Afganistán, insistiendo en que no puede huir de los compromisos, en especial cuando la seguridad del país está en peligro.