Los soldados que infligieron torturas y humillaciones a presos iraquís en la cárcel de Abú Graib "actuaron por su propia voluntad" y no siguiendo órdenes de sus superiores, aseguró ayer el general Antonio Taguba, autor del voluminoso y explosivo informe en el que detalló los abusos. En su comparecencia ante el comité de Servicios Armados del Senado, Taguba consideró que el fallo de liderazgo en el Ejército y la falta de disciplina sentaron la base para las torturas, cuyas imágenes están hundiendo el apoyo a la guerra.

"No encontré ninguna prueba, normativa u orden directa para que esos soldados se comportaran como lo hicieron", explicó el general, a quien el Pentágono encargó el 31 de enero que redactara un informe sobre los presuntos malos tratos a iraquís, trabajo que completó a finales de marzo. "Fallo en el liderazgo, desde el comandante de brigada hacia abajo, falta de disciplina, falta de adiestramiento y ninguna supervisión", fueron las principales causas citadas por Taguba de los "numerosos casos de inexcusables abusos", que en su informe describió como "criminales y sádicos".

ACOMPAÑADO El general, a quien el Pentágono no permitió comparecer solo ante el comité por temor a que se fuera de la lengua, afirmó que fueron "unos cuantos soldados y civiles quienes conspiraron para cometer actos de violencia contra los detenidos y otros civiles, al margen de la ley y de la Convención de Ginebra". Uno de sus dos acompañantes, el subsecretario de Defensa para el espionaje, Stephen Cambone, afirmó que los soldados de EEUU tienen órdenes de tratar a los presos de acuerdo con el derecho internacional para presos de guerra.

Hasta ahora, sólo seis soldados han sido procesados por las torturas y uno de ellos será juzgado en un consejo de guerra en Bagdad, el 19 de mayo. Además, siete oficiales han sido amonestados, incluyendo a la general Janis Karpinski, jefa de la Brigada 800 de la policía militar y responsable de la prisión de Abú Graib y de otras 11 cárceles más regentadas por EEUU en Irak.

Aunque Karpinski culpa al espionaje militar por las torturas y asegura que se le impidió el acceso a las zonas de la cárcel donde se perpetraron, Taguba se mostró ayer escéptico. "Me cuesta creer que pudieran excluirla", afirmó. Taguba y Cambone discreparon en torno a la responsabilidad sobre el control de la prisión, que según el primero correspondía a los oficiales del espionaje militar y, según Cambone, a la policía militar.

LAS 100 FOTOS Los líderes republicanos y demócratas del Senado seguían estudiando ayer la forma de mostrar en la Cámara alta las 100 fotos adicionales de las torturas que les ha ofrecido el Pentágono, pero la decisión de hacerlas o no públicas la tomará el Departamento de Defensa, recalcó el senador republicano, John Warner, que preside el comité de Servicios Armados. Su exhibición sería un nuevo golpe para la Casa Blanca cuando se esfuerza en contener un escándalo que no cesa, y que se disponen a enviar este fin de semana al secretario de Estado, Colin Powell, a Oriente Próximo, para tratar de suavizar la ira árabe por las torturas hechas públicas.

Las imágenes de las vejaciones han calado también profundamente entre los estadounidenses, pues un sondeo de Gallup para el diario USA Today y la cadena de televisión CNN reveló ayer que un 73% de los estadounidenses considera que los abusos no están justificados bajo ninguna circunstancia. La repulsa que provocan los abusos ha aumentado el rechazo a la guerra de Irak iniciada por Estados Unidos, pues un 54% de los consultados dice ahora que no mereció la pena. Aún más, un 58%, considera que el presidente Bush no ha gestionado bien la posguerra y un 47% --10 puntos más que hace dos semanas-- considera que hay que retirarse total o parcialmente de Irak.