Alto funcionario, educado como la mayoría de las élites políticas francesas en la prestigiosa Escuela Nacional de Administración, Jean Castex, de 55 años y miembro del partido conservador Los Republicanos, tendrá la tarea de liderar al frente del Gobierno la nueva etapa política que Macron quiere abrir tras el fracaso en unas elecciones municipales marcadas por el avance de los ecologistas.

Poco conocido por los franceses, Castex era hasta ahora Monsieur desconfinamiento, es decir, el encargado de pilotar la fase de desescalada iniciada el 11 de mayo después del parón decretado para frenar el avance del coronavirus. Su filosofía fue ir paso a paso y adaptándose a las peculiaridades del terreno.

Con su nombramiento en sustitución de Édouard Philippe, Macron apuesta por un perfil similar al anterior inquilino de Matignon -un alcalde que conoce la política local y un funcionario con experiencia en las altas esferas del poder- pero con un mayor componente social.

En la primera vuelta de las municipales celebradas el 15 de marzo, Castex resultó reelegido con más del 75% de los votos alcalde de Prada de Conflent, un pequeño pueblo próximo a Perpiñán, ciudad esta última en la que por primera vez gobernará la ultraderecha. Muchos analistas ven en este dato un mensaje de Macron a Marine Le Pen, que podría ser de nuevo su rival en las presidenciales del 2022.

«Lo que le define es su inteligencia práctica», dice Xavier Bertrand, actual presidente de la región Altos de Francia. Incluso fuera de su familia política es muy respetado. El presidente socialista de Seine Saint Denis, Stéphane Troussel, solo tiene palabras de elogio. «No lo hay más honesto. Nunca una mala maniobra. Dice las cosas y cuando dice sí, se compromete a fondo. Además, es muy simpático. No me he cruzado a muchos como él en mi carrera», explica en Le Monde. «Trabaja a la velocidad de la luz manteniendo la calma en todo momento», recuerda en el mismo diario un antiguo miembro del gabinete de Xavier Bertrand.