La Casa Blanca cedió a las demandas de la comisión independiente del Congreso que investiga el 11-S y autorizó el acceso limitado a los documentos secretos del espionaje que revisó el presidente George Bush antes de los atentados.

No obstante, dos de los 10 miembros del comité criticaron ayer el acuerdo alcanzado con la Casa Blanca porque limita el acceso a las partes de los documentos que pueden ser vistos por todos los miembros de la comisión investigadora. "Es un acuerdo irracional", arremetió el demócrata Max Cleland además, acusó al presidente de Estados Unidos de haberlo torpedeado "deliberadamente" para conseguir poner límites al trabajo que desarrolla esta comisión, a cuya creación se opuso con uñas y dientes la Casa Blanca. "Esta investigación ha quedado comprometida", añadió.