Estado palestino, asentamientos y terrorismo. El presidente de EEUU, George Bush, centró en estas tres ideas la cumbre que ayer protagonizó junto a cinco líderes árabes en Sharm el Sheij (Egipto), un día antes de reunirse hoy en Aqaba (Jordania) con el primer ministro israelí, Ariel Sharon, y el palestino, Mahmud Abbas, alias Abu Mazen . Bush consiguió de los países árabes el apoyo a su plan de paz --conocido como Hoja de ruta -- y una firme condena del terrorismo, lo que le debería permitir en Jordania presionar a Sharon para lograr concesiones israelís.

"Soy un hombre que hace lo que dice y ahora digo que el mundo necesita un Estado palestino libre y pacífico", declaró Bush, un presidente que ya ha demostrado en Irak que suele intentar llevar a cabo, cueste lo que cueste, lo que se propone. Pero traer la paz a Oriente Próximo será más difícil que derrocar a Sadam Husein, por lo que Bush volvió a insistir en que la paz sólo es posible si "todas las partes cumplen sus obligaciones". De todas formas, que Bush califique de "necesario" el Estado palestino no deja de ser una forma de admitir que el avispero de Oriente Próximo no puede ser combatido a cañonazos.

FIN DE LA VIOLENCIA

La principal obligación de Abu Mazen a ojos de Bush es poner fin al terrorismo contra Israel. "No debemos permitir que un puñado de asesinos y terroristas destruyan los sueños de la mayoría", afirmó el presidente de EEUU. Bush también puso deberes a Israel: "Tiene que afrontar el tema de los asentamientos y garantizar un territorio continuo que los palestinos puedan llamar hogar".

Sufrió Bush en esta declaración uno de sus errores en los conceptos. "Donde ha dicho ´continuo´ quería decir ´contiguo´", enmendó la plana a su jefe Ari Fleischer, el portavoz de la Casa Blanca. La exigencia de la continuidad territorial de Palestina es muy difícil de aceptar para Israel, ya que la presencia de los asentamientos en Cisjordania es precisamente lo que impide esta continuidad, por no hablar de que Cisjordania y la franja de Gaza están geográficamente separadas y que sería necesaria una carretera a través del territorio israelí para unirlas. De hecho, las palabras del presidente de EEUU sobre los asentamientos fueron suficientemente ambiguas: no especificó si se trata de congelar su creación y crecimiento o de desmantelarlos. Son las colonias y no los enclaves de colonos --un puñado de los cuales Sharon dice que está dispuesto a desmantelar-- las que impiden la continuidad territorial de Cisjordania y la cara más palpable de la ocupación israelí del territorio palestino.

APOYO FINANCIERO

Los países árabes también tienen una tarea asignada: cortar el apoyo financiero a los extremistas. "Usaremos toda la fuerza de la ley para detener la llegada de dinero a las organizaciones ilegales", dijo el presidente egipcio, Hosni Mubarak, en nombre de los cinco líderes de países árabes presentes: Egipto, Arabia Saudí, Jordania, Bahrain y la Autoridad Nacional Palestina (ANP), representada por Abu Mazen.

Mubarak expresó la voluntad de los líderes árabes de combatir "todas las formas" de violencia y de apoyar en esta tarea a la ANP.