Una investigación del Gobierno de Afganistán ha situado en 140 el número de civiles fallecidos por un ataque aéreo de Estados Unidos a principios de este mes en el oeste del país, lo que refleja la gran diferencia en las cifras ofrecidas por Kabul y el Ejército norteamericano, el cual cifraba las víctimas mortales en unos 80.

El número oficial de muertos anunciado por el Ministerio de Defensa afgano convierte a este ataque en el incidente más mortífero sobre la población civil desde que las fuerzas estadounidenses entraron en el país asiático en otoño de 2001 para expulsar a los talibán del poder.

A principios de esta semana, los vecinos entregaron a las autoridades locales una lista que después fue enviada a Kabul y que contenía los nombres, edades y nombres de los padres de cada uno de los 140 fallecidos. La lista indica que 93 de los muertos eran niños -el menor de sólo ocho días de vida- y que sólo 22 eran hombres adultos.

"Ninguna otra noticia me ha hecho sentir tan triste y apenado como los incidentes de bajas civiles durante operaciones militares", señala la declaración del Ministerio de Defensa, que cita al presidente afgano, Hamid Karzai.

El Gobierno ha pagado a los familiares de las víctimas una indemnización del equivalente de alrededor de 2.000 dólares para los que resultaron muertos y 1.000 dólares para otros 25 que sufrieron heridas en este ataque, añade el comunicado.

Aviones estadounidenses bombardearon dos pueblos en el distrito de Bala Boluk, en la provincia de Farah el pasado 3 de mayo, después de que soldados norteamericanos y fuerzas de seguridad afganas mantuvieran un enfrentamiento con milicianos talibán. Según los vecinos, las familias estaban escondidas y atemorizadas en sus casas cuando el avión atacó.