El Ministerio rumano de Asuntos Exteriores condenó firmemente ayer la paliza propinada a cuatro ciudadanos rumanos por un grupo de encapuchados, el viernes en Roma. El Gobierno de Bucarest llamó a las autoridades de Italia a "tomar todas las medidas necesarias para que no se repitan actos xenófobos como estos". El comunicado instó además a "investigar con urgencia el caso para identificar y castigar a los culpables".