Los últimos nombramientos del presidente electo de EEUU, Barack Obama, sugieren que pretende formar un gabinete experimentado en que las viejas glorias del Gobierno de Bill Clinton volverán a tener nuevo protagonismo.

La selección de Eric Holder, el ex número dos del Departamento de Justicia con Clinton, a quien según fuentes demócratas Obama ha ofrecido liderar ese departamento, confirma el protagonismo que los "clintonianos" tendrán en la presidencia de Obama.

Según la revista Politico, 31 de los primeros 47 puestos del equipo de transición o cargos del gabinete han ido a parar a manos de antiguos colaboradores de Bill Clinton (1993-2001).

Además, todos menos uno de los 12 integrantes del Consejo Directivo del Equipo de Transición entran dentro de esa categoría, al igual que Gregory Craig, que fue número tres en el Departamento de Estado con Bill Clinton, y que a partir de enero será asesor legal de la Casa Blanca.

A la larga lista hay que añadir también el nombre de Rahm Emanuel, alto asesor durante la presidencia de Clinton y futuro jefe de gabinete con Obama. Y el de Ron Klain, jefe de gabinete con el vicepresidente Al Gore, que desempeñará la misma función con el "número dos" de Obama, Joe Biden.

Larry Summers, secretario del Tesoro con Bill Clinton, es uno de los nombres que más suenan para el Departamento del Tesoro. Y además existe la posibilidad de que la "clintoniana" por excelencia, la senadora por Nueva York Hillary Clinton, se convierta en la próxima jefa de la diplomacia estadounidense.

Obama reconoció en una entrevista televisiva divulgada el domingo que se ha reunido con la senadora, aunque declinó decir si la incluirá en su gobierno.

El que el futuro inquilino de la Casa Blanca se haya rodeado de rostros conocidos, -hoy, sin ir más lejos la cadena de televisión CNN anunció que el senador y ex líder de la mayoría demócrata en el Senado Tom Daschle será el secretario de Salud Pública-, plantea dudas de si Obama materializará el "cambio" prometido.

Cuando Emanuel fue elegido, por ejemplo, algunos de los aliados de Obama en la izquierda expresaron su preocupación. Emanuel es considerado un centrista y defensor a ultranza del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o NAFTA) al que se opuso en su día el ala más populista del Partido Demócrata.

Similares reacciones encontradas podría provocar la designación de Hillary Clinton, a quien los activistas antibélicos no quieren ver ni en pintura por su respaldo a la invasión de Irak.

Desde el equipo de Obama, mientras tanto, hacen un llamamiento a la calma al insistir en que el suyo será "un cambio con experiencia" e insistir en que el espíritu pragmático guía un proceso de selecciones que busca gente competente capaz de hacer su trabajo.

Larry Sabato, un prestigioso politólogo de la Universidad de Virginia, señala hoy, en declaraciones al diario Financial Times, que "los nombramientos hasta la fecha dejan clara una cosa: no hay recompensa para los aliados ni castigo para los enemigos".

"Se basa todo en un criterio: ¿Quién puede ayudarme mejor a lograr mis objetivos?", indicó Sabato. Obama ha dejado claro que no penalizará a sus rivales, capitaneados por su contendiente en las primarias demócratas Hillary Clinton, y ha adelantado incluso que habrá algún republicano en su futuro gobierno.

Al parecer, el demócrata quiere seguir los pasos del 16 presidente de EEUU, Abraham Lincoln (1861-1865), quien incluyó a adversarios políticos en su gobierno, como se relata en uno de los libros que le gustan a Obama, "Team of Rivals" (Equipo de rivales).

"Creo que era un hombre muy sabio", dijo el domingo en referencia a Lincoln durante una entrevista con la cadena de televisión CBS Obama, quien tendrá que designar a 300 secretarios, subsecretarios y secretarios adjuntos y otros 2.500 nombramientos políticos.