Miembros del Gobierno central chino tienen previsto reunirse en los próximos días con el representante privado del Dalai Lama, líder espiritual y político tibetano en el exilio, señaló hoy la agencia oficial de noticias Xinhua citando fuentes oficiales anónimas.

"A la vista de las reiteradas peticiones realizadas por el Dalai Lama para reanudar el diálogo, los departamentos pertinentes del Gobierno central mantendrán contacto y consultas con el representante privado del Dalai Lama en los próximos días", señaló un funcionario.

El esperado encuentro se produce después de que en marzo pasado el Tíbet registrara sus más dramáticas protestas en dos décadas, reprimidas posteriormente por el Gobierno chino, lo que ha desencadenado manifestaciones contra Pekín e interrupciones en el recorrido de la llama olímpica de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 en Londres, París y San Francisco.

"La política del Gobierno central hacia el Dalai Lama ha sido coherente y la puerta del diálogo ha permanecido abierta", añadió la fuente citada por Xinhua. "Se espera que a través de estos contactos y consultas, el Dalai tome decisiones creíbles para frenar las actividades destinadas a separar China, que deje de tramar para incitar a la violencia y de interrumpir y sabotear los Juegos Olímpicos de Pekín, de cara a crear condiciones para el diálogo", señaló el funcionario.

China acusa al Dalai Lama de buscar la independencia del Tíbet y de haber instigado las protestas del 14 de marzo, en las que, según el Gobierno, murió una veintena de civiles a manos de tibetanos violentos y, según los activistas tibetanos en el exilio, fueron un centenar los muertos por la posterior represión militar china.

El líder espiritual, exiliado en la India desde 1959 tras fracasar un levantamiento contra el poder comunista chino, renunció en los últimos años a pedir la independencia del Tíbet, y ha negado reiteradamente su responsabilidad en las revueltas de marzo.

El anuncio se produce después de que el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Barroso, señalara hoy en Pekín que se sentía "animado" sobre el conflicto tibetano tras mantener un encuentro con el primer ministro chino, Wen Jiabao. "Estoy particularmente animado por nuestro intercambio de opiniones sobre el Tíbet. Espero ver un progreso positivo pronto", señaló Barroso a los medios.

Desde la revuelta de marzo, el Gobierno chino cerró la región autónoma al exterior, por lo que ni periodistas ni observadores han podido acceder al Tíbet para esclarecer lo ocurrido, y sólo ayer Pekín decidió reabrirla al turismo chino.

La reacción del Gobierno para con el Tíbet, que según analistas está destinada a no demostrar flaqueza ante su población tras la protesta, ha causado críticas de gobiernos occidentales, como el francés, y de grupos defensores de los derechos humanos que llaman a un boicot a los Juegos Olímpicos de agosto próximo. Esta actitud ha producido por parte del Gobierno y de la población chinos una reacción patriótica, con manifestaciones y llamadas al boicot contra la cadena de supermercados francesa Carrefour, y acusando a la prensa extranjera de distorsionar los tumultos de marzo.