Los ministros de Exteriores y de Interior negaron "firmemente" que el Reino Unido ampare el uso de la tortura, al tiempo que afirmaron que es imposible garantizar que la información que usan los servicios secretos británicos facilitada por otros servicios de inteligencia no se haya obtenido bajo tortura.

El haberlo admitido provocó que se alzaran más voces pidiendo una investigación independiente sobre la supuesta complicidad de los servicios secretos británicos, MI5 y MI6, en la tortura de sospechosos por terrorismo en el extranjero. Paralelamente la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento expresó preocupación ante estas acusaciones en un informe publicado ayer y advirtió al Gobierno de que el uso regular de información obtenida por medios ilegales puede ser jurídicamente considerado como complicidad en los abusos.

CUIDADOS DIGNOS En un artículo conjunto en el Daily Telegraph , el titular de Exteriores, David Miliband, y el de Interior, Alan Johnson, insisten en que el trato a los sospechosos de terrorismo en el Reino Unido es digno, si bien no pueden ofrecer esa salvaguarda a quienes están bajo custodia de otros Gobiernos.