El Gobierno de Ecuador ha decretado hoy el estado de excepción en todo el territorio nacional y ha encomendado a las Fuerzas Armadas las tareas de seguridad interna y externa del país. El secretario jurídico de la Presidencia, Alexis Mera, ha informado en una rueda de prensa desde la sede del Ejecutivo que se declara el "estado de excepción por una semana" y que en ese periodo las fuerzas militares asumirán el control de la seguridad del Estado.

La protesta de cientos de policías por la eliminación de incentivos profesionales, a la que luego se han sumado unos 120 militares, ha puesto en jaque al Gobierno ecuatoriano Ecuador. El aeropuerto internacional Mariscal Sucre, de Quito, ha sido cerrado debido a que unos 150 agentes, miembros de la Fuerza Aérea Ecuatoriana según algunas fuentes, han ocupado la pista, según ha informado el alcalde de la capital, Augusto Barrera. El presidente del país, Rafael Correa, que se encuentra en un hospital militar rodeado por manifestantes que le impiden salir, ha acusado a la oposición de forzar un golpe de Estado y ha confirmado que está considerando disolver el Parlamento.

Según ha afirmado Correa en declaraciones a la radio pública, el "intento de golpe de Estado" es obra de la oposición y de "ciertos grupos enquistados" en las Fuerzas Armadas y la policía y ha acusado de estar detrás de la intentona al grupo Sociedad Patriótica, el partido del expresidente Lucio Gutiérrez.

El bloqueo del aeropuerto de Quito ocurrió poco después de que policías de tropa ocuparan las instalaciones del Regimiento Quito, uno de los mayores de la capital ecuatoriana, en contra de la eliminación de incentivos profesionales por parte de la Asamblea Nacional. El presidente de Ecuador, Rafael Correa, se trasladó a esas instalaciones para hablar con los manifestantes y para recordar a los agentes que no cederá a las presiones y que su Gobierno ha hecho mucho por el cuerpo policial.

La salida del jefe de Estado de esas instalaciones ha sido atropellada ya que en medio de la protesta se ha activado una bomba de gas lacrimógeno, lo que ha provocado que el gobernante tuviera que usar una máscara de gas y se hiciera daño en una pierna. De hecho su situación se ha complicado cuando ha acudido a un hospital de la policía para recibir atención sanitaria y ha quedado atrapado en el recinto, rodeado de manifestantes que le impiden salir. "Me dicen que han cercado los alrededores", ha dicho Correa a la radio pública.

MANIFESTACIONES EN OTRAS PROVINCIAS

La protesta de los policías, que ha empezado en Quito, se ha extendido a otras provincias como Guayas, Tungurahua, Loja y Esmeraldas, donde también se manifestaron los familiares de los policías.

El ministro coordinador de Seguridad Interna y Externa de Ecuador, Miguel Carvajal, ha advertido de que Ecuador está ante una situación "delicada" y frente a un proceso de "desestabilización del Gobierno y la democracia". "Mi percepción personal es que estamos frente a un proceso de desestabilización del Gobierno nacional y la democracia en Ecuador", ha apuntado. Carvajal considera que "en nombre de supuestas reivindicaciones económicas por mala información, esta situación rebasa ya todas aquellas reivindicaciones, estamos frente aun proceso de desestabilización de la democracia", ha insistido.

APOYO CIUDADANO A CORREALa revuelta policial ha provocado reacciones por parte de la población. Cientos de personas se han congregado frente al palacio presidencial de Carondelet, sede del Ejecutivo de Ecuador, en Quito, para respaldar a Correa. Los manifestantes han agredido a cinco agentes que llegaban al palacio para proteger a las autoridades gubernamentales. Los agentes huyeron corriendo mientras explotaba una bomba lacrimógena, que no está claro quién lanzó. Al grito de "Correa, amigo, el pueblo está contigo", cientos de personas han dado su apoyo al jefe del Estado.