El ministro español Miguel Angel Moratinos se alineó con los estados de la UE que defienden respetar la laicidad de la Constitución y de la UE, frente a Italia, Polonia, Portugal, Lituania, Republica Checa, Eslovaquia y Malta, que entregaron una carta a la presidencia irlandesa de la UE para modificar el preámbulo de la Constitución y reconocer la "realidad histórica" de las raíces cristianas.

Grecia se sumó a esa iniciativa en los debates. España, Francia, Bélgica, Eslovenia y los países escandinavos insistieron en que el preámbulo actual ya recoge "las herencias culturales, religiosas y humanistas de Europa", por lo que no hay que incluir más precisiones.