El Gobierno español insiste en que la prioridad es reconstruir Afganistán. Madrid reitera que las tropas españolas no han sido desplegadas para luchar contra los talibanes, sino para contribuir al despegue afgano. Pero España podría hacer mucho más y merece un tirón de orejas más fuerte que a los demás donantes de parte de las oenegés por la escasa cuantía de la ayuda y el mínimo porcentaje finalmente desembolsado.

Y es que España tan solo ha prometido 162 millones de euros hasta el 2011, una cifra irrisoria comparado con el tamaño de su economía. Por poner solo un ejemplo, Holanda, con una economía cuyas dimensiones son aproximadamente la mitad de la española, contribuye a la reconstrucción de Afganistán en una proporción muchísimo mayor. Pero es que además, hasta febrero pasado, Madrid solo había entregado un 10% de lo prometido. Estas cifras convierten a España en el donante menos cumplidor.

La corrupción del Gobierno afgano constituye una de las razones por las que la ayuda no se entrega. "Es urgente formar una comisión con todos los actores presentes --oenegés, ONU, Gobierno-- para valorar el modo en que se gasta la ayuda y su eficacia", plantea Van Lockeren de Campagne.