El Gobierno español considera que solo cuatro de los 63 vuelos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadounidense detectados en España son sospechosos de estar implicados en operaciones de secuestro o traslado de detenidos ilegales, según informaron ayer fuentes gubernamentales. La investigación española ha confirmado que la CIA intentó camuflar sus operaciones con la utilización de diferentes números de matriculación para un mismo avión. De los 20 aparatos empleados por la agencia de espionaje, ocho utilizaban varias matrículas. "Uno de los aviones llegó a tener siete matrículas diferentes", destacaron las mencionadas fuentes.

La investigación española se centra en dos vuelos, por la sospecha de que podían llevar a bordo algún detenido ilegal cuando hicieron escala en España. El primero es el vuelo realizado por el Gulfstream IV con matrícula N85VM, que llegó al aeropuerto de Barajas (Madrid) el 16 de diciembre del 2003 a las 16.15 horas procedente de Washington. Nadie bajó del aparato durante los 60 minutos que este permaneció en Barajas antes de proseguir su viaje con destino a Luxor (Egipto). El segundo es un vuelo que llevó a cabo el mismo avión. La nave llegó a Tenerife el 12 de abril del 2004 procedente de Guantánamo para proseguir su viaje a los destinos sospechosos de Constanza (Rumanía), Bucarest (Rumanía), Casablanca (Marruecos), Rabat (Marruecos) y Washington.

COMPARECENCIA El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, comparecerá en septiembre ante la comisión del Parlamento Europeo que investiga esos vuelos de la CIA.

El Consejo de Europa, por su parte, aprobó ayer una resolución en la que denuncia la colaboración de España y otros 13 países europeos en la "tela de araña" de secuestros de la CIA, y pide a los países que revisen sus acuerdos con EEUU, incluido el uso de las bases militares.