Ante la polémica desatada entre los diputados de izquierdas por la decisión del Gobierno francés de prolongar tres meses el estado de urgencia, el primer ministro francés, Dominique de Villepin, y el ministro de Interior, Nicolas Sarkozy, se esforzaron ayer por calmar los ánimos durante el debate parlamentario previo a la votación de la medida en la Asamblea Nacional. Ambos afirmaron que es ante todo "una medida de precaución" y prometieron que se aplicará "con discernimiento". El Ejecutivo sacó adelante la votación, pero la oposición votó en contra.

El debate parlamentario, que comenzó a primeras horas de la tarde, resultó especialmente animado. La izquierda en pleno anunció desde un comienzo su oposición a prolongar la medida, mientras que la derecha (mayoritaria tanto en la Asamblea Nacional como en el Senado) se decantó por el voto a favor. Villepin fue el primero en afirmar que se trata de "una medida de precaución" para permitir que los prefectos --"con el acuerdo de los alcaldes"-- dispongan de "los instrumentos necesarios para restablecer el orden".

También explicó que la medida está destinada a "proteger a las poblaciones afectadas" y se comprometió a actuar "con discernimiento".

Mensaje que repitió Sarkozy, encargado de presentar el proyecto de ley. El texto, dijo, se enmarca en "una lógica de precaución y prudencia" y se aplicará "sólo donde sea necesario".

ECHAR LEÑA AL FUEGO La izquierda francesa, sin embargo, teme que la prolongación del estado de urgencia sea interpretada como "una provocación" en los barrios sensibles y reclamó antes que nada "una estrategia de pacificación". El presidente del grupo socialista, Jean-Marc Ayrault, consideró la medida "innecesaria" porque "existen otros medios para imponer el orden".

Por su parte, el diputado comunista Patrick Braouezec acusó al Gobierno de "preferir la chapa de plomo autoritaria al diálogo", y aseguró que lo único que hace el texto es "echar leña al fuego". Una inquietud que comparte un sector de la derecha representado por la UDF, que ni se atrevió a votar en contra ni a abstenerse. "No nos opondremos", manifestó el portavoz de la formación, Fran§ois Sauvadet, "pese a que existen interrogantes muy fuertes". "Esta medida se toma en un momento en que las cosas se están calmando y no quisiéramos que tuviera como consecuencia un nuevo estallido de violencia", añadió.

VOTACION SIN SORPRESAS La votación del texto tuvo lugar ya por la noche y no deparó ninguna sorpresa. La ley salió adelante con 346 votos a favor (los de la gobernante UMP y la centroliberal UDF), 148 en contra (socialistas, comunistas y verdes) y cuatro abstenciones. Corresponde hoy al Senado estudiar la norma, que de ser aprobada supondrá una prolongación del estado de urgencia prácticamente hasta finales de febrero.