El Gobierno griego ha anunciado hoy que responderá a la petición de ayuda de los bancos griegos y pondrá a su disposición 15.000 millones de euros del fondo de rescate creado para garantizar la estabilidad del sistema financiero.

El ministro de Finanzas, George Papaconstantinou, anunció esa medida tras un encuentro con el gobernador del Banco de Grecia, Yorgos Provópulos, en la que se discutió la forma de aplicar la ayuda.

El ministro ha indicado que esa cantidad es parte de la reserva de 28.000 millones de euros creada en el 2008, cuando estalló la crisis financiera.

SISTEMA SOMETIDO A "FUERTES PRESIONES"

Según Papaconstantinou, esta ayuda se otorga en tiempos "en que el sistema bancario y la economía se encuentran sometidos a fuertes presiones" y está destinada a que "los bancos pongan los pies en el suelo".

Cuatro grandes bancos griegos (Nacional, Alpha, Pireos y Eurobank), que acumulan casi el 60% de las transacciones del país, han solicitado ya dinero al banco emisor.

FUERTE ENDEUDAMIENTO

Desde el pasado diciembre, esas cuatro entidades han visto como se reducía en dos ocasiones su calificación de riesgo, en una evolución ligada al grave endeudamiento del país.

Papaconstantínu ha asegurado que su ministerio controlará el uso que se dé a esos fondos y explicó que "cada entidad bancaria recibirá entre 3.000 y 4.000 millones de euros, en función de su cuota de mercado".

"ASISTENCIA TÉCNICA"

Un equipo de expertos del Fondo Monetario Internacional (FMI) ha iniciado por su parte en Atenas su misión para evaluar las políticas del Gobierno griego para poner coto al endeudamiento y ofrecerle asistencia técnica.

El Ministerio de Finanzas griego ha informado de un encuentro que pretende "prestar asistencia técnica" y "formular propuestas sobre los presupuestos y el sistema impositivo".

Según un comunicado del Ministerio, entre las sugerencias se cuentan un mejor seguimiento mensual del cumplimiento del control de gastos, mayor transparencia fiscal, establecer presupuestos de tres años en cada Ministerio, y un mayor papel de control del Parlamento en el cumplimiento presupuestario.