La retirada de una parte importante del personal extranjero de la ONU en Bagdad ha creado malestar entre las fuerzas ocupantes y el Gobierno iraquí tutelado por EEUU. El ministro de Asuntos Exteriores iraquí, Hoshyar Zebari, declaró ayer a la cadena BBC que la decisión "hace el juego a las intenciones de los terroristas".

A pesar de las declaraciones de la portavoz de la ONU en Bagdad, Veronique Taveau, de que la organización no ha abandonado a los iraquís a su suerte, algunos funcionarios no ocultaron que la retirada impedirá el reparto de ayuda de la que se hacía cargo las agencias dependientes de la ONU.

El administrador norteamericano, Paul Bremer, recordó que los iraquís necesitan "electricidad, seguridad, agua y tratamiento de aguas residuales; lo necesitan ahora".