Irán se declaró ayer dispuesto a negociar con EEUU pero sin condiciones, lo que en la práctica equivale a un rechazo de la oferta formulada por la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, que exigía, a cambio del inicio del diálogo sobre la cuestión nuclear, que Teherán dejara de enriquecer uranio.

"Apoyamos un diálogo justo e imparcial, pero no discutiremos sobre nuestros derechos inalienables y legítimos", afirmó el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Manuchehr Mottaki. Pocas horas antes, su portavoz, Hamid Reza Assefi, declaró: "No hay ningún obstáculo para unas negociaciones de igual a igual, respetuosas y sin condiciones, pero lo más importante es garantizar los derechos nucleares de la República Islámica de Irán".

La respuesta iraní se produjo horas antes de que los ministros de Exteriores de los cinco países miembros permanentes del Consejo de Seguridad (EEUU, Rusia, Gran Bretaña, Francia y China), más Alemania, iniciaran por la tarde una nueva reunión en Viena para tratar de aunar sus posiciones ante el desafío nuclear iraní. La denominada troika europea (Alemania, Francia y Gran Bretaña), que negoció con Irán, ha preparado como propuesta un conjunto de medidas que incluye incentivos (cooperación comercial, tecnológica y de seguridad) para convencer a Irán de que abandone su programa nuclear, y sanciones económicas si no depone su actitud.

TRIUNFO EUROPEO En Washington, la Casa Blanca expresó, a través de una portavoz, la esperanza de que la respuesta de Irán no sea su última palabra. Poco después, el propio presidente, George Bush, respondió a una pregunta sobre la negativa iraní a suspender el enriquecimiento de uranio. "Veremos si se trata de una decisión firme", replicó. Bush advirtió de que, en caso afirmativo, el Consejo de Seguridad tomará una decisión.

La oferta de Rice fue acogida con satisfacción y esperanza en las principales capitales. El gesto de EEUU se interpretó también como un triunfo de los gobiernos europeos, que intentan incorporar a Washington a la vía del diálogo.

En Bruselas, la portavoz de Benita Ferrero-Waldner, comisaria de Exteriores, estimó que la declaración de Rice aumenta las posibilidades de alcanzar una "solución diplomática".

El primer ministro francés, Dominique de Villepin, señaló que la disposición de EEUU a dialogar abre "una etapa importante, por no decir decisiva". El Ministerio de Exteriores ruso indicó que existe "una oportunidad real" de resolver la crisis.