El Gobierno de Malí está "indeciso" ante la posibilidad de solicitar al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que autorice el despliegue de una fuerza de paz para garantizar la estabilidad en el norte del país, una vez expulsados los islamistas, según ha informado el subsecretario general de la ONU, Jan Eliasson.

"Todavía no tenemos la luz verde del Gobierno de Malí para una misión de pacificación", ha dicho Eliasson, al tiempo que ha confiado en que, "a pesar de su indecisión, la tendencia nos lleve en esa dirección", dado que muchos países apoyan la medida.

No obstante, el 'número dos' de la organización internacional ha subrayado que los 'cascos azules' solamente podrán llegar a Malí, cuando haya concluido la "fase de combate", según ha informado la cadena británica BBC.

Por su parte, el jefe de Operaciones de Pacificación de la ONU, Hervé Ladsous, ha detallado que en unas tres semanas el Consejo de Seguridad podría autorizar el despliegue en Malí de una fuerza de paz dotada con unos 6.000 efectivos.

Intervención militar

El Consejo de Seguridad autorizó el pasado mes de diciembre la creación de la AFISMA, una fuerza internacional dotada con unos 3.000 efectivos que se desplegará el próximo mes de septiembre para ayudar a las tropas malienses a expulsar a los grupos islamistas del norte.

Sin embargo, debido a las dificultades logísticas, Francia, a petición del Gobierno de Malí, tomó la iniciativa el pasado 11 de enero, iniciando la intervención militar en el país africano. En total, ha desplegado unos 4.500 efectivos.

Desde entonces, a las tropas francesas se han sumado las de la Misión Internacional de Apoyo a Malí (MISMA) --principalmente de los países de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO)--, que alcanzará los 8.000 efectivos.

Las tropas francesas y malienses han llevado a cabo operativos aéreos y terrestres para proteger Bamako y recuperar las ciudades de Konna, Diabaly, Gao, Tombuctú y Kidal siendo estas tres últimas las conquistas más importantes.

Crisis política

La crisis política en Malí se desató el pasado mes de marzo, cuando un nutrido grupo de militares descontentos por la falta de recursos suministrados por el Gobierno para combatir al MLNA en el norte dio un golpe de Estado.

Aprovechando el caos institucional, los rebeldes tuareg se hicieron con el control de las tres regiones que forman el Azawad --Tombuctú, Kidal y Gao-- y proclamaron unilateralmente su independencia, aunque este movimiento no contó con el reconocimiento de la comunidad internacional.

Sin embargo, los grupos islamistas presentes en el norte de Malí --Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI), el Movimiento para la Unidad de la Yihad en África Occidental (MUYAO) y Ansar Dine, que posteriormente se ha escindido--, rápidamente expulsaron al MNLA del Azawad, donde, desde entonces, imponen la 'sharia'.