El gobierno regional de Río de Janeiro investigará los posibles excesos de la policía en la represión a los manifestantes que ocuparon el jueves por la noche el centro de la ciudad para reivindicar mejores servicios públicos, informó hoy el gobernador de ese estado brasileño, Sergio Cabral.

Cabral dijo en una rueda de prensa que la policía se vio obligada a actuar cuando grupos de manifestantes, que consideró minoritarios, aprovecharon la protesta para lanzar ataques vandálicos que provocaron grandes daños en la ciudad.

La protesta, que congregó a unas 300.000 personas en Río de Janeiro, degeneró en un enfrentamiento entre pequeños grupos de manifestantes y policías que dejó 62 heridos, 10 detenidos y rastros de destrucción en el centro de la ciudad.

"No vamos a proteger a la policía ni a proteger a los vándalos", dijo Cabral al referirse a las investigaciones.

"Hay que revisar los procedimientos (de actuación de la policía) y verificar los excesos. Quienes cometieron excesos tienen que ser castigados de ambos lados", agregó.

Algunos manifestantes, dispersados por la policía con gases lacrimógenos, destruyeron en el centro de la ciudad señales de tráfico, muebles urbanos, autobuses y agencias bancarias, y quemaron recipientes de basura con las que intentaron bloquear las vías.

Según diversas denuncias, en la persecución de esos grupos, la policía agredió a personas ajenas a los ataques, cercó una universidad en la que se habían refugiado decenas de personas y lanzó gases lacrimógenos en un barrio bohemio que concentra numerosos bares y cuyos clientes tuvieron que salir huyendo.

"La policía actuó como consideró que era la mejor forma de actuar. El Estado fue obligado a actuar en momentos en que se produjo un radicalismo y ocurrieron muchas cosas injustas, incluso con periodistas", admitió el gobernador al citar a un cámara herido por una bala de goma.

El secretario de Seguridad Pública de Río de Janeiro, José Mariano Beltrame, afirmó que todas las imágenes de los conflictos serán analizadas para determinar si hubo excesos policiales.

"Una vez identificada la acción, será abierta una investigación para determinar si efectivamente hubo exceso. Si se caracteriza el exceso, sin ninguna duda que habrá castigos", según Beltrame.

Cabral elogió el carácter democrático de las manifestaciones pero condenó los actos vandálicos que comprometen las reivindicaciones de las protestas.

"No se puede permitir que una minoría desgaste a un movimiento tan bonito", dijo.

Agregó que, pese a los incidentes, Río tiene las condiciones de garantizar las seguridad de los eventos de los que será sede, como el Mundial de Fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016.

La manifestación de Río fue la mayor entre las que comenzaron la semana pasada en todo Brasil y que el jueves movilizaron a más de un millón de personas en al menos 80 ciudades.

Las protestas comenzaron la semana pasada en Sao Paulo contra la subida de las tarifas de transporte público, pero se añadieron otras reivindicaciones, como mayores inversiones en salud y la educación pública y críticas a los elevados gastos del Gobierno para organizar eventos como el Mundial de fútbol de 2014.

Pese a que varias alcaldías, incluyendo las de Sao Paulo y Río de Janeiro, ya anunciaron la reducción de los pasajes de autobús, metro y tren, los manifestantes mantuvieron sus protestas, aunque hoy algunos movimientos suspendieron las protestas al denunciar que había infiltrados en sus marchas.