El Gobierno de Sudán y los rebeldes del sur del país firmaron ayer un acuerdo de paz que les compromete a finalizar la guerra civil más larga de Africa, iniciada hace 21 años. El acuerdo fue suscrito en Nairobi, capital de Kenia, entre el vicepresidente sudanés, Ali Osman Mohammed Taha, y el líder del rebelde Ejército Popular de Liberación de Sudán (EPLS), John Garang.

Testigos de honor fueron numerosos jefes de Estado y de Gobierno de Africa y el secretario de Estado de EEUU, Colin Powell, quien apeló a la "inmediata apertura de negociaciones para lograr un acuerdo de paz en Darfur", la castigada provincia sudanesa, situada en el oeste del país. Darfur sufre una problemática distinta que la del sur, también instrumentalizada por el régimen de Jartum.

IMPOSICION DE LA ´SHARIA´ El conflicto armado que ensangrentó Sudán durante dos décadas estalló en 1983, cuando el presidente Gafar al Nimeiry impuso la sharia (ley islámica) en todo el país, también en el sur, donde la población es mayoritariamente animista y cristiana, y derogó el estatuto de autonomía del sur que había proporcionado 11 años de calma. El coronel John Garang fundó el EPLS y se lanzó a la rebelión armada.

En el año 2000 se iniciaron conversaciones de paz que desembocaron en el acuerdo firmado ayer. El plan prevé un periodo de semiautonomía de seis años en el que no se aplicará la ley islámica. Al término de ese periodo, la población se pronunciará sobre si desea formar parte de Sudán o si prefiere la independencia.

Mientras tanto, Garang entrará inmediatamente a formar parte del Gobierno de Jartum como vicepresidente; el petróleo será repartido a partes iguales entre el norte y el sur; el Ejército rebelde se integrará en el regular; los idiomas oficiales serán el inglés y el árabe y los sureños accederán al 30% de los puestos de funcionarios públicos nacionales. Europa y EEUU apoyarán financiera y técnicamente la aplicación de este acuerdo de paz.