El Gobierno de Tailandia descartó hoy aplazar indefinidamente las elecciones generales del próximo 2 de febrero, como le propuso unas horas antes la Comisión Electoral ante el clima de confrontación que vive el país con las protestas antigubernamentales.

El viceprimer ministro interino, Pongthep Thepkanchan, indicó por la televisión que los comicios deben continuar porque no hay ninguna legislación que permita aplazarlos.

La legislación tailandesa prevé un plazo de 60 días para celebrar elecciones generales tras la disolución del Parlamento, acción que sancionó el rey Bhumibol Adulyadej el pasado día 9.

La Comisión Electoral señaló hoy en un comunicado que en las presentes condiciones es "imposible" garantizar que las elecciones se celebrarán en un ambiente de paz y libertad, y propuso que primero se concilien las partes enfrentadas.

El llamamiento del organismo electoral se produce después de que un policía muriese y 48 personas resultasen heridas en siete horas de choques en el Estadio Thai-Japonés, en el norte de Bangkok, entre fuerzas del orden y los manifestantes que intentaban impedir que la Comisión Electoral prosiguiese con los preparativos de los comicios.

La movilización antigubernamental, que arrancó en octubre y cobró fuerza a finales de noviembre con la ocupación de ministerios, quiere que se forme un comité popular no electo para reformar el sistema político y limpiar de corrupción la administración antes de llamar a las urnas.

Suthep Thaugsuban, líder de las protestas y viceprimer ministro del Partido Demócrata entre 2008 y 2011, sostiene que sin reformas volverán a ganar en las urnas quienes ahora gobiernan y que se repetirá la situación actual.

La primera ministra de Tailandia, Yingluck Shinawatra, hasta el momento ha cedido al disolver el Parlamento y convocar elecciones, y ayer apoyó la creación de una comisión neutral que proponga reformas constitucionales, políticas, económicas y sociales.

Yingluck es hermana de Thaksin, el primer ministro que fue depuesto en el golpe militar incruento de 2006 y que vive prófugo en Dubái para eludir una condena a dos años de cárcel por corrupción.

Tailandia atraviesa desde aquella asonada un periodo de frecuentes manifestaciones y protestas callejeras que buscan paralizar al Gobierno de turno.